Comienza el carranza
El que fue el trofeo de los trofeos en épocas de D. Vicente del Moral ha pasado a ser, por mucho que nos empeñemos, un acontecimiento de lo mas vulgar. Ya en su cincuentenario, celebrado en otra localidad a su sede habitual, mostró su decadencia y en estos últimos años ha caído en picado. Es una pena que no se haya cuidado y mimado porque seguramente si se hubiera hecho así otro gallo cantaría.
Actualizado: GuardarTodos recordamos aquellos años gloriosos en los que nos visitaban los mejores equipos del planeta futbolístico internacional; hoy tenemos que conformarnos con unos carteles de circunstancias y que no dicen nada al aficionado. Lo único que lo mantiene vivo es el «morbo anual de los cadistas» en descubrir como será el Cádiz de la próxima temporada, lo demás huelga. Otra cosa perdida en nuestra ciudad.
El único aliciente que se mantiene en estos días es la celebración de las barbacoas. Hace pocos años todos intentaban potenciar su celebración, hoy, entre la Delegación de Costas, el Ayuntamiento, los hosteleros y todos quisqui, intentan su desaparición, seguimos siendo más papistas que el papa.
La utilización de la playa como lugar de esparcimiento es lo más lógico en nuestra ciudad, para eso la tenemos. No hay mas que desplazarse a otras ciudades y ver como, por ejemplo Barcelona, que hasta el 92 vivía sin playa, ahora, al haberla recuperado, es uno de sus mayores centros de ocio. ¿Es que la Demarcación de Costas de los catalanes no tiene la misma normativa que la nuestra? Debe ser que no. Sigo en desacuerdo con el desenfreno y la masificación de esta celebración pero en lo que no estoy en absoluto de acuerdo es en la forma de reprimir a los ciudadanos en sus manifestaciones, seguimos en la época del «ordeno y mando» y eso ya pasó hace años.