La holandesa Bosch priva a Leire Iglesias de la proeza
La vizcaína derrotó a la campeona del mund0 pero cayó en el decisivo combate por el bronce
Actualizado: GuardarVencida, pero llena de orgullo. Así se despidió Leire Iglesias de sus primeros Juegos, en los que acarició el bronce. La judoka vizcaína, que antes de su participación veía «excesiva» la posibilidad de ganar una medalla, se quedó a un paso de convertirse en la quinta española en adjudicarse un metal y de romper la maldición que persigue a este deporte desde Atenas.
Consiguió dar la gran sorpresa y derrotar a la campeona del mundo, la francesa Gevrise Emane, pero en su sexto combate, en la final de la repesca que la hubiera hecho entrar en la historia, tuvo que rendirse ante una rival conocida, la holandesa Edith Bosch, anterior subcampeona olímpica, que a punto estuvo de partirle el brazo. «Un poco bruta», la calificó la después.
Iglesias definía así a la judoka que la apartó de la gloria cuando ya había cambiado las lágrimas con las que abandonó el tatami por el buen humor. Se fue animando al recordar todo lo que había conseguido. Sus padres y su novio sufrieron en ese último combate. Cuando superó a la colombiana Alvear para entrar en la batalla decisiva, camino del vestuario se tocó el corazón y señaló la grada. A ellos les iba a dedicar la medalla. «¿Qué tal andáis de los infartos?», preguntó entonces su padre a los acompañantes. «Me voy a fumar un cigarro», anunció la madre. «¿Que sólo quedan 10 minutos para que salga!», le recordaron. «Suficiente», respondió el padre de Leire.