ANÁLISIS

Más vale mejorar

No me gusta cómo mea la perrita. Y siento ser tan escatológico y procaz tras una victoria reparadora que renueva las ilusiones en un futuro mejor. España derrotó ayer a Polonia, puntos vitales para paliar el estado de inanición, aunque lo hizo con un balonmano tan irregular y renal que uno no sabe con qué quedarse: con la maravillosa reacción de los últimos quince minutos -el traje de madera ya estaba terminado, pero Rocas y Hombrados lo devolvieron a la funeraria- o con la mediocridad de los primeros tres cuartos de hora. Vaya usted a saber. ¿Hablamos de certezas? Los de Pastor jugarán los cuartos, cruces de metal, pero deberán mejorar muy mucho si quieren poner la zapatilla en el cajón.

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Después de la campeona olímpica, Croacia, llegó el turno de la actual subcampeona del mundo. Polonia es un gran equipo, repleto de jugadores que se ganan el pan en la Bundesliga, pero le falta un trecho para la excelencia. Le delatan los detalles. Si no los manejas, como le pasó a la tropa de Wenta, viene el coco. Ayer, por fortuna, iba vestido de rojo. A falta de 14 minutos para el final, España perdía por cinco. ¿Por qué? Porque durante tres cuartos de hora no supo resolver los desdoblamientos de Tkaczyk; porque los Lijewski eran un enigma; porque los ataques en superioridad eran una calamidad; porque la precipitación ofensiva fue un mal endémico. Y entonces aparecieron Rocas y Hombrados.

El catalán es un extremo prodigioso, con una de las mejores zurdas del mundo. Quizás no sea tan espectacular como el croata Dzomba en sus mejores días, ni tan efervescente como el esloveno Kavticnik, ni tan potente como el francés Abalo, pero tiene casta y una muñeca de seda que localiza ángulos imposibles. Cinco de los últimos ocho goles de la selección fueron suyos y Hombrados completó la fiesta con dieciséis paradas. Y ahora, como en el chiste, dos noticias: una buena y otra mala. La buena es que el equipo resucitó para ganar un partido perdido; la mala es que España no da miedo. Y eso es lo que más me preocupa.