Una inauguración marcada por denuncias y fallos judiciales
«No existe la más mínima constancia de que la sala de inadmitidos del aeropuerto de Barajas reúna los requisistos necesarios para estar dotada de servicios sociales, jurídicos, culturales y sanitarios». La afirmación es del titular del juzgado de instrucción número 32 de Madrid. Está consignada en un auto de mayo pasado que obligó a las autoridades a poner en libertad a una ciudadana brasileña que había sido privada de su libertad por más de 72 horas tras su inadmisión en la terminal madrileña.
Actualizado: GuardarSu caso no es aislado y las denuncias no han cesado. La Casa Argentina en Barcelona ha interpuesto una global a la que, según su presidente, Daniel Arcos, se han sumado 38 afectados. Para ayudar a sus conciudadanos, el país sudamericano también habilitó una línea de atención a migrantes y desde este mes el aeropuerto Ezeiza, de Buenos Aires, contará con una oficina para recibir las denuncias de los inadmitidos y ayudarlos a tramitar las indemnizaciones pertinentes. La iniciativa está auspiciada por el Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo de ese país.
Mauricio Valiente cree que el camino de las denuncias es el acertado. El secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, CEAR, también ve pertinente que las asociaciones de inmigrantes pongan en conocimiento de los tribunales las irregularidades de las que tienen conocimiento para que los casos no queden en la impunidad. Y afirma que permitir el acceso de organizaciones humanitarias y familiares a la sala de inadmitidos ayudaría a reducir las especulaciones sobre las situaciones que allí se presentan.
La nueva sala de Barajas también tendrá un espacio para los solicitantes de asilo. Para ellos habrá disponibles 34 camas.