De Juana, uno de los más sanguinarios etarras, sale de la cárcel tras 21 años
El terrorista, que ha perdido siete kilos en su huelga de hambre, habitará un piso que el fiscal quiere embargar
Actualizado: GuardarIñaki de Juana Chaos, uno de los etarras más sanguinarios, queda en libertad. El terrorista atraviesa hoy la puerta de la cárcel madrileña de Aranjuez después de algo más de 21 años y medio en prisión. El jefe del brutal 'comando Madrid' de los años ochenta, responsable directo de 25 asesinatos y más de un centenar de heridos, ha extinguido todas sus condenas y ya no hay recurso legal que le haga volver a la cárcel salvo que cometa un nuevo delito.
Los accesos a la prisión madrileña estuvieron tomados desde la tarde del viernes por unidades móviles de televisión y radios para reflejar la primera fotografía de De Juana en libertad. La expectación ha crecido impulsada por la repulsa social que produce su excarcelación, calentada por las pintadas amenazantes de grupos de ultraderecha que en los últimos días han embadurnado el portal en el que vivirá en San Sebastián, y a la indignación de múltiples asociaciones de víctimas del terrorismo, que hoy realizarán actos en la capital donostiarra y en Madrid para recordar a los muertos causados por este etarra.
La imagen, en la puerta de la cárcel o en la de su domicilio, mostrará a un De Juana más delgado, después de perder unos siete kilos en los 17 días que lleva de huelga de hambre. La inició el pasado 16 de julio tras enterarse de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional pretende embargarle el piso de San Sebastián. Se trata de una casa adquirida en 2006 por su entonces novia y ahora esposa, Irati Aranzabal, a su hermana, quien a su vez la recibió en donación de la madre del terrorista meses antes de su fallecimiento en 2007. El Ministerio Público sospecha que se trata de una operación fraudulenta del etarra para preservar su insolvencia y evitar indemnizar a las víctimas.
Las autoridades penitenciarias no saben a ciencia cierta el actual estado de salud de De Juana porque, con su habitual carácter desafiante, no ha permitido a los servicios médicos que le controlasen el peso, le auscultasen o le hiciesen análisis. Aunque no han detectado ningún síntoma preocupante, los 17 días de ayuno unidos a precauciones de seguridad mantenían anoche la incógnita sobre si saldría de la cárcel en el interior de un vehículo, camino de su piso en el barrio donostiarra de Amara, en el que habita desde hace años la viuda de un militar asesinado por ETA y en la misma avenida que otras siete víctimas directas o indirectas de la banda.
Vigilancia estrecha
El Gobierno, a través de la vicepresidenta primera, María Teresa de la Vega, volvió a reconocer que la ley no permite alargar el encarcelamiento del terrorista, pero quiso dejarle claro que el Ejecutivo «hace y hará todo lo posible para proteger a las víctimas del terrorismo y sus familias», por lo que «no va a permitir que sufran la más mínima ofensa».
El PP adelantó que, «en breve», entregará al PSOE un borrador con las reformas legales que se han comprometido a apoyar ambos partidos para evitar que otros terroristas puedan residir en el futuro junto a víctimas a su salida de la cárcel y para establecer medidas que hagan más efectivo el cobro de indemnizaciones.
La aplicación de las redenciones de penas recogidas en el Código Penal del franquismo, que sirvió para juzgar los crímenes de De Juana, le permitieron reducir su condena efectiva a dos decenios desde los más de 3.000 años a que fue sentenciado por sus asesinatos. Sólo la intervención de los tribunales, que anularon varias de sus redenciones penitenciarias por fraudulentas y que le condenaron en 2006 a tres años por amenazar en la prensa a funcionarios de prisiones, evitó que su excarcelación se produjese en el otoño de 2004, como estaba prevista.
Desde su detención, el 16 de enero de 1987, ha sido un preso muy conflictivo y un terrorista que no ha mostrado ni un ápice de arrepentimiento por las familias de los 25 ciudadanos que asesinó o por los más de un centenar de heridos de sus coches-bomba. Su dureza, insensibilidad y altanería, recogidas en partes disciplinarios, escritos e intervenciones en juicios, le han convertido durante estos años en la peor imagen de los presos de ETA, y se ha caracterizado por contestar a golpe de huelga de hambre cada intento de los tribunales por retrasar su salida de la cárcel o por investigar sus posibles propiedades, con las que está obligado por sentencia a indemnizar a las víctimas. El resultado han sido cuatro ayunos en los últimos diez años, que sumaron más de 150 días y obligaron, en varias ocasiones, a alimentarle a la fuerza ante el riesgo cierto de muerte.