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Gran Plaza o esperpento
El polémico proyecto del PSOE abrió al público la pasada semana sin acto protocolario alguno; los chiclaneros comienzan ya a utilizarlo como lugar de ocio
Actualizado: GuardarSin duda el proyecto más polémico de la última década en Chiclana, la Gran Plaza sobre el río Iro, ya funciona como lugar de ocio y esparcimiento en pleno centro de la ciudad. Esta pasada semana, y sin que se celebrase ningún acto protocolario de inauguración, el espacio en superficie sobre el cauce fluvial abría a los ciudadanos, y estos comenzaban a acercarse para ver desde dentro en qué se había convertido aquello de lo que tanto se ha hablado durante años.
Las opiniones son de lo más diverso. Juan Acuña, jubilado del sector naval y chiclanero de nacimiento, confesaba que «al principio es un poco difícil acostumbrarse a ver este mamotreto desde fuera, pero la verdad es que aquí en los bancos se está bien».
Apenas una celosía para dar sombra a cada lado de la estructura más elevada, y una docena de bancos para el descanso del viajero acompañan a una plaza que ha dado vida al entorno de la Plaza de Andalucía y la parada de autobuses. Eso es lo que piensa Araceli Muñoz, una de las jóvenes que cada día se desplaza hasta La Barrosa por trabajo y que ahora prefiere «esta plaza a las vallas y los albañiles que había antes por aquí».
Opiniones a favor y en contra aparte, lo cierto es que el proyecto no deja indiferente a nadie. El aparcamiento subterráneo, con capacidad para 450 vehículos, ha supuesto un desahogo importante para el tráfico rodado.
Nuevo espacio
Esta instalación lleva en funcionamiento más de un año y medio, y la Gran Plaza en su zona superior, debe suponer el espaldarazo para un nuevo espacio de esparcimiento en pleno centro, del que hasta ahora carecía Chiclana. El proyecto nacía con Jiménez Barrios como alcalde. Un multitudinario acto en el hotel Alborán daba el pistoletazo de salida a unas obras que han tenido de todo. Parquigran, la firma adjudicataria de la construcción del parking, abandonaba las obras a medio camino. Construcciones Vera se enfrentaba a los pocos meses al reto de concluir lo que ya muchos empezaban a denominar «proyecto faraónico del PSOE».
El sucesor de Jiménez Barrios, José María Román, hacía suyo el proyecto, «eligiendo el color de la solería y las papeleras a su único criterio», según denunciaron a su llegada al poder los miembros del cuatripartito. Lo cierto es que, casi cinco años después, la Gran Plaza es ya una realidad, guste o no.
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