Las recetas frente a la crisis marcan las diferencias ideológicas
Zapatero apuesta por las políticas sociales y Rajoy por la reducción del gasto público
Actualizado: GuardarRodríguez Zapatero y Rajoy no compartieron el diagnóstico de la situación económica ni las medidas para combatirla. El presidente del Gobierno se aferró a la «fortaleza» de la economía y la apuesta por la inversión productiva para insistir en que mantendrá las políticas sociales. El líder de la oposición exigió un plan de choque, con una reducción del gasto público, para poder «generar confianza» y acortar la fase de recensión. «Austeridad, pero también solidaridad», dijo Zapatero. «Las cosas no se arreglan solas», replicó Rajoy.
El presidente del PP acudió a Moncloa con la economía como «prioridad básica» y ese fue el capítulo con el que comenzó su comparecencia posterior. «Tenemos una visión muy distinta. Yo creo que hay que tomar medidas urgentes para la crisis y el presidente, no», aclaró de entrada. «No estamos de acuerdo -corroboró Zapatero-. Yo digo sí al rigor, pero también al mantenimiento de las prestaciones sociales».
El jefe del Gobierno explicó que en un«largo debate» informó al líder popular de la situación y las medidas adoptadas por el Ejecutivo y le ofreció mantener abierto el diálogo a través del vicepresidente económico, Pedro Solbes, y los expertos de la dirección del PP.
Rodríguez Zapatero sostiene que se debe tener confianza en la economía española y basa su análisis en la «salud» de las cuentas públicas, la generación de empleo y el hecho de que la renta per cápita supere la media europea. Apuesta por mantener o elevar la inversión pública en infraestructuras, tecnología e investigación y desarrollo, y subraya que el rigor en la gestión y una cierta austeridad pueden ayudar a la recuperación y permitir que se mantengan los compromisos sociales.
Medidas urgentes
Rajoy discrepa. Su análisis parte de que es necesario adoptar «medidas urgentes» porque «sin una buena política económica no hay políticas sociales y el peor impuesto es la subida de precios». Propone reducir un 2% el gasto público y un plan de austeridad de las administraciones públicas, decisiones que considera «capitales para luchar contra la destrucción de empleo y la subida de precios y generar confianza». Y plantea también aumentar la deducción fiscal a los contribuyentes que pagan una hipoteca, reducir el impuesto de sociedades a las pymes y limitar el incremento de precios y tasas regulados.
Rodríguez Zapatero despreció las propuestas del líder del PP, que, según dijo, le «evocaban» la etapa de José María Aznar, cuando el déficit público rondaba el 7% del PIB. «Rajoy no ha aportado ideas novedosas o trascendentes sobre la situación económica», despachó el presidente, que reprochó «contradicciones» a su adversario por reclamar al mismo tiempo reducción del gasto y aumento de otras partidas, como la destinada a Justicia y no concretar qué capítulos presupuestarios deben apretarse el cinturón.
El jefe del Gobierno dejó claro, en todo caso, que no habrá recortes, porque éstos afectarían a las retribuciones de los empleados públicos, a la capacidad adquisitiva de los pensionistas y al desarrollo de la ley de Dependencia, que forman parte de los asuntos irrenunciables. Tampoco aceptará medidas que afecten al mercado laboral si antes no hay un consenso pleno entre sindicatos y empresarios. «El Gobierno va a demostrar que puede mantener sus compromisos porque hemos gestionado bien las cuentas públicas», concluyó Zapatero. Rajoy se fue de Moncloa algo más escéptico y lamentó que el presidente se «empecine» en su visión de la crisis económica.