Alonso saca el máximo rendimiento a su Renault y hoy saldrá quinto en Hockenheim
El asturiano asegura que ahora lucha por el premio económico del Mundial de constructores para su equipo El británico Lewis Hamilton logró una nueva 'pole position'
Actualizado: GuardarNo se mueve un alma en la Fórmula 1 si no hay un dólar para empezar a hablar. Sin mediar preguntas, Fernando Alonso lleva semanas hablando del Mundial de constructores, descargando siempre alguna coletilla respecto a esta clasificación secundaria que es como la general por equipos del Tour, un asunto que sólo inquieta a los directores y los patrocinadores. Sin embargo, en la Fórmula 1 cobra un valor normativo en dólares. Cuanto más arriba queda una escudería, más propina recibe del bolsillo del supremo Bernie Ecclestone.
Dinero de los derechos televisivos, de las señales internacionales que conectan con la Fórmula 1. Inyecciones contantes y sonantes que pueden alterar la vida de una escudería de un año para otro. Un patrocinador como ING puede aportar 30 o 40 millones al presupuesto de Renault, pero si Briatore y sus chicos ocupan una posición puntera al final del Mundial, el aguinaldo de Ecclestone puede duplicar esa cifra en función de los acuerdos televisivos.
Eso repercute en una endogamia inquietante, máxima expresión del capitalismo recalcitrante. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Al contrario de lo que sucede con el draft de la NBA, que trata de igualar la competición con los mejores universitarios para los peores equipos. En la F-1, no. El número uno siempre tendrá más recursos que el torpe.
Las cantidades no son moco de pavo, al decir de Alonso y su reflexión sobre la importancia del Mundial de constructores. Cien millones para el mejor de parte de Bernie y así en escala hacia las profundidades del pelotón. «Influye en mi futuro porque no quieres estar en el último box, sin espacio, sin dinero, a la baja. Quiero estar el año que viene en un equipo alto y Renault tiene una opción clara», aseguró ayer después de acabar quinto en la clasificación del sábado.
Arrojada la toalla respecto a la productividad de Renault y sus factorías de Enstone y Viry, estimado como improbable alguna mejora milagrosa que acerque al R28 al corral donde se mueven Ferrari, McLaren y, en menor medida, BMW, Fernando Alonso piensa en sumar puntos para Renault por un puro y duro interés económico. Eso dijo ayer. «Le doy la máxima importancia a esta clasificación y voy a centrar todos mis esfuerzos en ella. Injustamente tenemos a Williams por delante y tenemos que materializar nuestro trabajo en puntos».
Alemania no va a cambiar el curso del río para Alonso y sus aspiraciones, «frustrantes» según definió en el primer tercio de la temporada. El asturiano y su R28, que hoy saldrán quintos, han afinado los sábados y han suprimido el carromato de penalidades que no garantizaban su presencia en la tanda final, pero el coche es una invitación a la crítica. Lleva todo el año sin salir bien.
¿Y por qué no sale bien el Renault?, quiso saber la parroquia. «Un coche sale bien o mal -contestó Alonso-. Normalmente los pilotos no hacen la diferencia, salvo en cuestión de reflejos. Pero este coche va mal de tracción, patina y la carencia de motor hace el resto».
Dominio de McLaren
Inmerso en su universo de 2008, en disputa con los Toyota, los Red Bull, los Williams y demás, Alonso atisbó de lejos la pole de Lewis Hamilton, quien se encamina hacia un desempate del trío a 48 puntos que domina el Mundial. Los McLaren van como centellas en este trazado y para sorpresa general, Raikkonen terminó sexto, por detrás de Alonso en la parrilla de hoy. Espejismo y ensoñación, como el séptimo puesto de Kubica. En condiciones normales, de ritmo por vuelta, ambos deberían destronar sin problemas al asturiano y enviarle al lugar común de este 2008, la séptima posición.
Los pilotos de Red Bull Mark Webber y David Coulthard, en octava y décima posición respectivamente, completarán junto al sorprendente Sebastian Vettel (Toro Rosso) los diez primeros puestos de la parrilla para el que existen probabilidades de lluvia.