El enfado del matrimonio Obama
La portada de la revista 'New Yorker' caricaturiza al senador de Illinois y a su esposa como simpatizantes de Osama bin Laden
Actualizado: GuardarLos rumores acerca de los orígenes, los gustos, los temores y las pretensiones de los candidatos a la Casa Blanca son una constante en las elecciones presidenciales. Sobre todo, si se trata de poner en tela de juicio la imagen de los aspirantes. En este campo, Barack Hussein Obama ha sido duro de roer. Al hombre del mensaje esperanzador y del 'Yes, we can' es difícil cogerle fuera de lugar. Y no será porque no lo hayan intentado desde enemigos hasta el reverendo Jesse Jackson. Pero una caricatura en la portada de la revista 'New Yorker' ha conseguido sacarle de quicio. A él y a su mujer.
El enfado no es para menos. El senador de Illinois ha dejado a un lado su carácter despreocupado para soltar un grito al verse en el dibujo con un turbante y una túnica blanca, similar a la que luce Osama bin Laden. Su mujer, Michelle, no ha salido mejor parada. Ella aparece caracterizada como una activista de los Panteras Negras (organización política afroamericana) con un atuendo en el que no falta un fusil AK-47. Pistas suficientes para asociar al senador de Illinois y a su señora con un grupo terrorista. Pero por si el lector no se había percatado del mensaje, se les ubica en el Despacho Oval, con la bandera de EE UU ardiendo en la chimenea; y a sus espaldas aparece un retratro del líder de Al-Qaida. Para rematar la jugada, un saludo chocando los puños, que ambos realizaron en un mitin -un gesto típico entre los jugadores de la NBA-, que un comentarista de Fox News definió como «un saludo terrorista».
«No comment»
Toda esta parodia ha encendido los ánimos del candidato afroamericano y su esposa. «No comment», fuer la parca respuesta de Obama al preguntarle sobre la portada. El portavoz de su campaña ha sido algo más explícito y se ha referido al dibujo como «ofensivo y de poco gusto».
Mientras, su autor, Barry Blitt, se defiende aduciendo que se trata de una sátira «de la táctica del miedo y la manipulación utilizada para descarrilar la campaña de Obama». Y teniendo en cuenta la ideología del magazine, se pueden entender sus intenciones. Pero resulta comprensible el enojo del senador porque ya aguantó en febrero la polémica generada por una fotografía en la que aparecía con un traje somalí. Y, además, a todo esto se suma su pérdida de popularidad. La ventaja con su contrincante, McCain, se ha reducido de quince a tres puntos. Empate técnico.