DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

Manolo Yélamo, para siempre en Jerez

La cita es el próximo viernes 18 de julio a la una de la tarde en pleno centro de Jerez, donde va a quedar perpetuado para siempre el nombre y la memoria de un periodista cuya vida está ligada a la historia reciente de nuestra ciudad, un hombre que retransmitía casi de forma constante su buen humor, aunque no tuviera delante un micrófono, un tío de los pies a la cabeza, nuestro querido Manolo Yélamo.

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La antigua calle Mariñíguez será rebautizada el viernes en honor a uno de los grandes de la radio, un grande con cuerpo menudo, pero cuyos abrazos tenían un diámetro tan enorme como la verdad y el cariño que encerraban. Allí, cerquita de las Angustias, lucirá para siempre el nombre de un jerezano que nació en Écija, de un astigitano que vino al mundo en Jerez. Como quieran.

Estoy convencido de que todavía son muchos en Jerez los que recuerdan aquellos programas suyos de Radio Popular en los que Manolo se transfiguraba para convertirse en el ángel de la guarda, el consejero espiritual y sentimental, el compañero sincero, el vecino atento de sus oyentes. Manolo era como ese amigo al que se le podía contar todo en confianza, aunque te estuviera escuchando medio Jerez al mismo tiempo.

Su espíritu generoso, su entrega, su humanidad le hicieron ganarse el cariño de los oyentes y el respeto de la profesión. En Jerez, fue pregonero de la Semana Santa y del Rocío y estuvo siempre muy ligado a nuestras hermandades y cofradías. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, su intensa trayectoria profesional le hizo pasar, además de por Radio Popular de Jerez, por La Voz de Andalucía, fue director de Radio 16 en Sevilla y de Radio Huelva de la Cadena Ser y, hasta su nombramiento como director de Radio Córdoba, el 13 de junio de 2003, había ejercido durante trece años como máximo responsable de Radio Algeciras.

Quien suscribe le conoció cuando era, precisamente, máximo responsable de la Cadena Ser en Algeciras. Allí capitaneó un equipo de lujo con Cándido Romaguera, Begoña Curiel y otros muchos. Y también allí dejó su recuerdo grabado a fuego. Siempre me sorprendió su don de gentes, su cercanía con todos, aunque uno fuera el último mono de la reunión, sus opiniones y consejos certeros cuando se trataba de hablar y trabajar por y para la radio. Le recuerdo en la casa que la Cadena Ser tiene en El Rocío reclamado por unos y por otros, siempre pendiente de todo, siempre con una sonrisa o un chascarrillo que compartir. Le gustaba picar a los técnicos de la radio, y, cuando cometían algún pequeño error decía que les iba a construir un monumento en el que se viera a un técnico levantando las manos, encogiéndose de hombros y echándole de las culpas a Sevilla o a Madrid.

El viernes a la una de la tarde, Jerez le va a hacer justicia a Manolo. Será como devolverle todo lo bueno que nos dio, será como volver a tenerlo cerca otra vez para pedirle un consejo o un abrazo de los suyos. Su viuda, sus hijas, su hermano Antonio -mi admirado Antonio Yélamo , jefe de informativos de la Cadena Ser en Andalucía- podrán palpar una vez más la huella que dejó Manolo en nuestra ciudad y podrán sentirse orgullosos una vez más de ese pequeño gran hombre.

Y Manolo conseguirá que también estemos allí los de la Ser, los de la Cope, los de Onda Cero, los de Diario de Jerez, Jerez Información y La Voz, los de Localia y Onda Jerez...Todos, sin tener en cuenta siglas ni empresas, todos para honrar la memoria alguien que, por encima de su talla profesional, fue buena gente. Allí estaremos, Manolo. Te lo debemos.