« Fui barrendero en Santa Coloma»

-Eran unos tiempos cojonudos. En esa época vivía de puta madre, tenía independencia, aunque no lujos, pero no estaría aquí si no hubiera pasado por eso. Todos los artistas deberían vivirlo, da igual en qué momento. Es una necesidad.

-Tengo entendido que antes de dedicarse a la música encadenó trabajos de lo más variopintos.

-Sí, algunos. De mis sustituciones de barrendero en la zona del barrio del Carmelo y Santa Coloma tengo varias experiencias... (risas). Luego también trabajé de camarero.

-Su bombo se ha hecho tan famoso como el de Manolo.

-(Risas). Ahí está... Lo que tienen en común es que los dos están tuneados. Pero cada uno tiene su público. Yo no tengo nada que ver con el fútbol. El mío es más para las carreras.

-Tiene fama de machacón en los ensayos.

-¿Quien te lo ha dicho? No, lo que pasa es que ensayo muy poco, entonces cuando hay que hacerlo es necesario tomárselo en serio y ponerse las pilas porque somos muchos músicos. Tenemos que dar el callo porque luego si no suena...

-Las almas callejeras, ésas que viven de la noche, ¿ligan más?

-No, más bien lo contrario. Son más bien perdedores, eso sí, entrañables.

-Pero en la noche habita una curiosa fauna, ¿de ahí surgen sus historias?

-Sí, a veces también me imagino las canciones como si fueran un cómic. Aunque ahora tengo que reconocer que estoy mucho más tranquilo, salgo menos... Aunque en mi opinión, la noche es necesaria...

-También a usted le confunde...

-(Risas). No no, para nada.

-Hablando de sus temas, ¿Quien es Paquito Tarantino?

-Era un tío de mi barrio que era calvo, tenía canas, era bajito y llevaba camisa de lunares. Era un tipo curioso que bailaba en todas las fiestas. Un día decidí rescatarlo. El tío siempre pasaba de todo y se pegaba grandes fiestas.

-¿A quién desearía no haber conocido nunca?

-Es una cuestión amorosa, no lo puedo decir, una mujer....

-¿Una femme fatale quizás?

-(Risas). Sí, eso, eso.

-Desde que le operaron está más comedido y cuida más su voz, ¿no?

-Hombre, me pego mis juergas, pero son más medidas. Eso sí, ahora duermo más...

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