Una moto, empotrada con un quitamiedos en un accidente ocurrido en Tudela de Duero (Valladolid). / JORGE SANZ
ESPAÑA

El quitamiedos influyó sólo en el 18% de los siniestros mortales de moto

Los atestados revelan que el piloto fue responsable en tres de cada cuatro accidentes ocurridos en 2007

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Un informe encargado por la Dirección General de Tráfico (DGT) para conocer las razones de la alta mortalidad en los motoristas durante el año pasado revela que, en contra del pensamiento común, tan sólo el 18% de los siniestros fue causado por el quitamiedos. De los 235 atestados elaborados por Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de enero a octubre de 2007, un periodo especialmente negro debido al fallecimiento de 242 motoristas, el responsable de tres de cada cuatro accidentes mortales fue el piloto. La mayor proporción de siniestros se produjo en carreteras convencionales, por caída o salida de la vía sin otro vehículo implicado y en curvas cerradas fuera de intersección.

Fuentes de la DGT explicaron que el informe constata que, pese al peligro constante que suponen los quitamiedos, existen otros factores de peso que influyen en la siniestralidad. A pesar de todo, el análisis elaborado por la Universidad Politécnica de Madrid concluye que el guardarraíl dotado de un sistema de protección especial resultaría «eficaz» para reducir la severidad del impacto.

Además del 18% de motoristas fallecidos como consecuencia del «impacto directo» contra las biondas (44 personas entre enero y octubre de 2007), esta proporción sube al 52% en el caso de las salidas de vía con caída previa del piloto. En la mayoría de las ocasiones, la causa de este tipo de siniestro es el exceso de velocidad, ya que ni la meteorología ni el estado de la carretera aparecen como factores.

Pero no sólo el quitamiedos aparece como elemento potencialmente peligroso. El 35% de los motociclistas fallecidos (84 en el periodo analizado) presentaban como impacto «más severo» el producido contra elementos situados fuera de la carretera, caso de la señal, poste, talud, cuneta, muro u otras partes del paisaje vial.

Asimismo, en el 37% de los siniestros en los que interviene un segundo vehículo, la bionda prácticamente no interviene en las consecuencias fatales del accidente, ya que la primera colisión con el turismo suele ser de mortal necesidad para el piloto.