La factoría del doctor Jogi
Löw dirige un equipo de alto rendimiento a la americana que incluye especialistas en estadística y yoga
Actualizado: GuardarLe llaman Jogi (se pronuncia 'yogui'). Es el diminutivo de Joaquín en alemán. Pero el apodo también alude a su gusto por el yoga y los juegos. Joachim Löw, el seleccionador de Alemania, es un bicho raro en una cultura de balones cuadrados. Nunca fue internacional, tiene pinta de play-boy vividor y predica «la filosofía del juego» en un país donde sólo se piensa en ganar, su especialidad. Heredero de la revolución a la americana impulsada por Jürgen Klisman, su mentor y padrino, el 'doctor Löw' dirige una mini-factoría de alto rendimiento integrada por preparadores físicos, psicólogo, expertos en estadística y hasta un profesor de yoga que trabajó con Madonna y Sting.
El yoga de Jogi debe aportar «un suplemento de fuerza, de concentración y de vigilancia», pregona Patrick Broome, el guru que relajó a los internacionales alemanes en la concentración previa de Mallorca. Todos los candidatos a disputar la Eurocopa habían recibido el año pasado un informe indivualizado en el que se enumeraban los aspectos del juego y de su personalidad que podían mejorar. Cada jugador sabía por tanto lo que se esperaba de él y el grado de compromiso exigido para formar parte del proyecto 'Bergtour'.
Con este nombre, evocador de las escaladas alpinas en Suiza y Austria, se ha bautizado una operación presupuestada en 20 millones de euros, cuatro más que los desembolsados para quedar en la tercera plaza de Mundial de Alemania-2006. El objetivo es hacer cumbre el domingo en Viena y que la bandera que ondee en lo alto no sea la española. El campo base, instalado en un lujoso complejo hotelero de Ascona (Suiza italiana), hasta dispone de camas dotadas con un colchón extrasensorial y ultraperfeccionado que, según su diseñador, recrea lo que siente el futuro bebé en el vientre de la madre.
En 'Bergtour 2008' trabajan bajo la batuta de Mark Verstegen unos cuantos preparadores físicos, importados del baloncesto y del fútbol americanos, que elaboran programas informáticos a la carta distribuidos a los jugadores en DVD para que ejecuten las tablas de ejercios personalizadas. Durante la puesta a punto balear, el ex-baloncentista internacional Denis Wucherer impartió cursillos prácticos sobre la manera de ganar los duelos defensivos sin hacer personal a fin de evitar las faltas innecesarias. Por descontado, el dispositivo cuenta con el consabido psicólogo, Hans Dieter Hermann, que realizó trabajo extra tras la derrota ante Croacia.
En la faceta científica del invento destaca el papel de Urs Siegenthaler, un ingeniero suizo curtido en la Copa América de vela, que procesa vídeos y produce esquemas tácticos innovadores. Gracias a la colaboración de los alumnos de la escuela de deportes de Colonia, ha recopilado uno de los mejores banco de datos sobre el fútbol internacional. De su análisis se llega a conclusiones prácticas como la necesidad de soltar más rapido el balón al constatarse que en la Bundesliga el juego es lento porque hay un promedio de tres toques antes del pase, el doble que en la liga inglesa.
Sermones de liderazgo
Apostol del 'concepto de fútbol ofensivo' y defensor de una estrategia 'activa y no reactiva', Löw no habla sólo de cuestiones físicas y tácticas a los jugadores. También les sermonea sobre el liderazgo en el terreno, la psicología de grupo, la profilaxis de las lesiones y la alimentación ideal. «Trabajamos sobre la base de una filosofía pues quiero hombres que aprendan y progresen», suele repetir.
Interior de talento pero a menudo lesionado, Löw jugó más partidos en Segunda División (252) que en Bundesliga (52, en Stuttgart y Francfort). Técnico temprano a los 36 años, trabajó en Turquía y Austria donde conquistó el campeonato con el FC Tirol, el único título de su palmarés junto a la Copa alemana de 1998 lograda con el Stuttgart. En 2004 aceptó ser el 'número uno bis' de Klinsmann, con el que había coincidido en el Stuttgart en la temporada 1980-81 y al que sustituyó en julio de 2006 al frente de la selección.
Culto, educado y elegante, a los 48 años tiene su propia tienda de ropa en Friburgo, aprecia el vino francés y es un buen conversador de trato agradable. Le gusta pisar el acelerador por la autopista y tampoco le hace ascos a fumarse un cigarrillo, como se le vio en la jaula de cristal en la que fue recluido durante los cuartos de final contra Portugal por culpa de un español.
Estaba sancionado porque en el partido anterior ante Austria Manuel Mejuto González, cuarto árbitro, le expulsó del banquillo para pasmo de todos los alemanes, a empezar por la canciller Angela Merkel que le preguntó qué había pasado al cruzarse con él en el palco. El técnico zen, practicante del autocontrol y la relajación mental, no acostumbra a perder los nervios ni la compostura. Aquella noche una mano poco inocente le dejó unos calmantes en la mesilla. Todavía le deben de quedar pastillas por si la final con España le quita el sueño.