ESPAÑA

Mayor Oreja alaba a María San Gil e insta al PP a «no tener miedo a la soledad»

El portavoz del PP en el Parlamento europeo, Jaime Mayor Oreja, pidió ayer a su partido que no tenga «miedo a la soledad», sobre todo en los territorios donde el nacionalismo es hegemónico. En su discurso ante el congreso, el dirigente 'popular' ensalzó la figura de su compañera del PP vasco María San Gil como un referente moral para todo el partido.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mayor Oreja reivindicó ante el plenario los «valores propios» que han guiado su acción política estos últimos cuatro años, e instó a los dirigentes y delegados a mantenerlos, aunque a veces pueda suponer el aislamiento. «No hay que tener miedo a la soledad, especialmente en determinados momentos, circunstancias o comunidades», resaltó en referencia al polémico debate de los dos últimos días sobre si el PP debía mantener su beligerancia hacia el PNV o tenía que suavizar el discurso para no cerrar la puerta a futuros acuerdos.

El dirigente vasco y ex ministro del Interior subrayó que «a veces la soledad es la principal fortaleza de un partido» y que «es mejor estar sólo que mal acompañado». Al hilo de su discurso sobre los «valores», elogió la «personalidad» y la «trayectoria» de María San Gil, quien no asiste al congreso por sus discrepancias con la nueva doctrina hacia el nacionalismo, y resaltó que la todavía líder de los populares vascos «será siempre un referente entre nosotros y para todos los españoles» por su labor política bajo la constante amenaza de ETA.

Mayor Oreja denunció el «bochorno» y la «fractura de los europeos» que cree que provocó el Gobierno al llevar al Parlamento europeo su disposición a dialogar con ETA. En ese sentido, alertó que habrá «una segunda parte, fruto de una negociación política de ETA y el Gobierno que aún no ha concluido».

Su compañera de partido y portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, se mostró a favor de llegar a pactos con el Gobierno, pero sólo «para fortalecer la España constitucional y garantizar la libertad de todos los españoles». «No habrá libertad -prosiguió- mientras haya un solo español amenazado por ETA, mientras existan calles en el País Vasco con nombres de asesinos, mientras los terroristas sigan teniendo voz en las instituciones y mientras alguien pretenda colocar a verdugos y víctimas al mismo nivel».