Una marea roja
El Palacio de Congresos y Exposiciones de Santander, que alberga la junta anual desde hace cuatro años, se vio invadido por una marea roja, el color corporativo de la entidad bancaria. Los ejecutivos ya se apuntan casi sin excepción a la corbata que desde hace años exhibe el presidente, y el obsequio que Emilio Botín eligió personalmente -como todos los años- para distribuir a los accionistas fue, en esta ocasión, un chubasquero rojo.
Actualizado: GuardarFallecido Rafael Gómez Escolar, que durante años recriminó a la cúpula del Santander sus actuaciones en la adjudicación de Banesto, fueron varios los accionistas que tomaron el relevo para intervenir ante la junta defendiendo los mismos intereses. Pero otros pequeños propietarios se interesaron por el regalo anual. Un accionista mostró su nostalgia por los obsequios que se distribuían en tiempos en que ejercía mandato el padre del actual presidente. «Aquellos bombones y puros Montecristo si que eran un buen regalo», evocó. Emilio Botín salió en defensa de la zamarra roja entregada este año: «Yo, personalmente, la estoy usando».