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Rafael Ávila sigue recluido en casa de sus padres recuperándose de las secuelas de los 16 días de cautiverio
Los secuestradores enviaron a la familia una prueba de vida mientras lo mantuvieron recluido en Almonte
Actualizado: GuardarLa de Rafael Ávila será una recuperación lenta. Es lo que dicen los médicos que le han atendido y lo que tiene asumido su familia, que permanece a su lado en todo momento. El sanluqueño de 45 años permanece recluido en la casa de sus padres, rodeado en todo momento de sus más allegados, que tampoco quieren de momento agobiarle demasiado con cuestiones relacionadas con los 16 días de cautiverio sufridos.
Su hermano José Manuel asegura que «está comiendo bien y descansando mucho». Eso sí, aunque poco a poco se va soltando, le cuesta mantener conversaciones largas. Dice que no quiere regresar a su casa todavía, porque «prefiere estar con su gente, y la vivienda de mis padres está mejor acondicionada para eso», añade.
La presencia de su hijo Pablo, de 10 años, le está ayudando mucho a superar el trauma. A pesar de su edad, el pequeño tiene una idea aproximada de lo que le ha pasado a su padre por lo que le han explicado su madre, sus abuelos y sus tíos. «Él dice que a su padre le han traído los polis de la tele», explica José Manuel Ávila.
Prueba de vida
Aunque la Policía Nacional facilitó el jueves numerosos datos sobre la investigación y la liberación, siguen trascendiendo nuevos detalles sobre el caso. Así, por ejemplo, se sabe que los secuestradores cortaron las comunicaciones con la familia durante unos días cuando trascendió que un equipo de especialistas provenientes de Madrid se había hecho cargo de la investigación. Fueron los peores días para la familia Ávila, que reconoce que en algún momento llegaron a pensar que podía estar muerto, aunque en ningún momento hablaban de esa posibilidad entre ellos.
Pero los captores volvieron a comunicar con los Ávila. Y lo hicieron remitiéndoles una prueba de vida, consistente en una fotografía de Rafael con un periódico del día. Luego, el domingo 15 de junio, contactaron telefónicamente para reclamar 2 millones de euros a cambio de la liberación. Cabe recordar en este punto que en un primer momento, tal como reconoció el jueves José Manuel, habían pedido 10 millones, aunque reconoce no estar seguro de que ese primer comunicante fuese la misma persona.
En esa comunicación telefónica del pasado domingo, el interlocutor fijó el jueves como fecha límite para la entrega del dinero. Los Ávila, sin embargo, afirman que nunca lograron reunir dicha cantidad en metálico a pesar de las ayudas recibidas de familiares y amigos. Por eso temían la llegada del día marcado por los secuestradores para la entrega. La Policía, sin embargo, impidió el posible fatal desenlace con su liberación.
Fuentes vinculadas con la investigación aseguran que las primers hipótesis apuntan a que los nueve detenidos formaban una organización escasamente experimentada. Precisamente uno de ellos prestó declaración en la tarde de ayer en el Juzgado de Instrucción número 4 de Sanlúcar, que es el que mantiene competencias en el caso.