Editorial

Nuevos vientos de crisis en la Bahía

La reestructuración presentada por Imperial Tobacco para sus fábricas en España, que supone reducir en un 80% los puestos de trabajo en la de Cádiz, es un nuevo golpe al empleo y la economía de una zona singularmente castigada por la crisis y la desindustrialización, y se produce poco más de un año después del cierre de otra empresa, Delphi, que envió al paro a 1.459 trabajadores. El anuncio, además, sucede a otro hecho preocupante, como ha sido la anulación del contrato de Dragados para construir un superpetrolero, que ha dejado en la calle a más de 500 eventuales, mientras los 250 empleados de la empresa se ocuparán en construir los cajones del segundo puente. Los planes de Imperial Tobacco para Cádiz suponen dejar sólo 65 empleados, de ellos sólo una veintena para producción, prejubilar o dar bajas incentivadas a 236. Todo hace pensar que el final definitivo de la planta está cerca.

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Estas malas noticias se producen justo cuando las administraciones expresaban su confianza en que el sector industrial contribuiría a paliar en parte el desplome de la construcción y la ralentización del turismo, y cuando se acaba de lanzar el Plan Bahía Competitiva, que busca dotar a la zona de una industria potente, a raíz del cierre de Delphi. De modo que ambos casos suponen un aviso muy serio. La Junta ha reaccionado con el anuncio de la llegada de una nueva empresa dedicada a la construcción de todoterrenos, que podría crear unos 540 empleos, al tiempo que se despejaba el horizonte para la creación de la empresa aeronáutica que se instalará en terrenos anejos a la deslocalizada factoría de compontentes de automoción, bajo el nuevo nombre de Alestis. Además, pese a las voces de alarma de los sindicatos, la comisión de coordinación del Plan ha asegurado que las diez empresas que han anunciado su implantación siguen adelante con sus planes, pese a la crisis, con un volumen total de 650 millones de inversión y unos 3.400 empleos comprometidos, para los que las administraciones han concedido ya 70 millones en ayudas, y se anuncian otros tres acuerdos a punto de cerrarse.

Para conjurar el peligro es preciso despejar varias amenazas. La primera de ellas es que se agilicen los trámites en torno al Parque de las Aletas, de cuyo futuro dependen numerosos proyectos. Asimismo urge que se agilice el proceso concursal de Delphi, pues nadie se podrá instalar en su suelo hasta que se cierre el frente judicial.

Por tanto, aunque las intenciones y las fuerzas puestas a disposición de la industrialización de la Bahía van en la dirección correcta, es preciso actuar ante los nuevos elementos que introduce la crisis económica mundial, al tiempo que agilizar los trámites y ofrecer un entorno de inversión favorable.