VUELTA. Chico posa con la camiseta con la que logró el ascenso con el Barça B, y la del Cádiz de este mismo año que no pudo estrenar en partido oficial. / NURIA REINA
Cádiz C.F.

Chico no quiere jugar en Segunda B

«Ha sido un año maravilloso, tengo varias ofertas y hay que agarrar el tren pues sólo pasa una vez en la vida»

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Hace dos temporadas le notaron demasiado verde y se trajeron a Neru en el mercado de invierno para reforzar la retaguardia. El verano pasado, no entraba en el proyecto megalómano de Baldasano, Del Bosque y compañía y, con lágrimas de frustración, se marchaba cedido al Portuense con la palabra descarte impresa en la espalda. En invierno casi le obligaron a dejar a su familia y su gente para aterrizar en Barcelona, completando el filial, pues el grande culé tentaba con cuantioso dinero fresco.

Ahora, «tras un año maravilloso», le toca decidir a él. A Chico. Y no quiere bajar al pozo. Cuenta con ofertas de Segunda e incluso de Primera, el Barça se sentará a negociar con el Cádiz y hasta en el extranjero suena su nombre (para el Spanish Pool de Rafa Benítez). Con la madurez que ha adquirido en este último año, José Manuel Flores habla sin tapujos.

Durante toda su vida ha jurado fidelidad eterna al Cádiz, pero la situación ha cambiado. «Mi pensamiento es intentar aprovechar esta temporada y agarrar el tren, que sólo para una vez en la vida». No es momento de irse a Segunda B y frenar su progresión. «Con las ofertas que hay encima de la mesa, tengo que mirar más arriba».

No se esconde nada más allá de lo deportivo. «No guardo ningún rencor al Cádiz y si me cedió es porque lo creían conveniente, aunque yo estaba deseando jugar en este equipo. De momento tengo contrato, es mi propietario y pertenezco a ellos. Ahora me tomaré dos semanas de vacaciones y luego hablaremos del futuro».

Apoyo familiar

La decisión que tome contará con el respaldo de su madre y también de su representante, que siempre le apoyan. Y si al final se queda en la Tacita, pues será uno más. «No voy a asumir el papel de líder porque los equipos no necesitan eso. Tienen que ser una piña en el vestuario y remar todos juntos, que no haya división».

«Mi sueño sigue siendo jugar con el Cádiz en lo más alto, es lo que deseo desde pequeño, pues era recogepelotas en Carranza y siempre he sido cadista. Seguro que volverá a Primera algún día, pero este último descenso ha sido un palo para mí», reconoce Chico.

El pasado domingo vivió una tarde diferente, con muchas emociones y sentimientos encontrados. Celebraba en el Mini Stadi el ascenso a Segunda B con el filial del Barcelona, y desde la grada le tiraron una bufanda del Cádiz. Se la colgó al cuello y se lanzó a la fiesta con su color amarillo. Al rato, le comentaron que Paz había fallado un penalti en el último minuto y el equipo gaditano bajaba al pozo cinco años después. «Me llevé un palo enorme. Estábamos dando vueltas con el carrito de la Cruz Roja y no me lo esperaba».

Experiencia en Segunda B

Otra vez a Segunda B, una categoría que Chico conoce bastante bien pues la última temporada comenzó en el grupo IV con el Racing Portuense. «Es una categoría bastante fuerte, y lo será más el próximo año. Además, el Cádiz tendrá la etiqueta de favorito desde el principio y eso es negativo. Hay que ser humilde, eso nos llevó a Segunda la última vez».

Este gaditano no ha cambiado lo más mínimo pese a haber tenido un año redondo. Ha jugado en el Barça desde que llegó y sólo se ha perdido algunos partidos «por sanción y lesión». El último, el del ascenso ante el Barbastro, lo jugó infiltrado pues tiene lesionado el ligamento del tobillo. Ayer pasó por la peluquería pero no se corta las melenas «porque me han traído suerte». Sigue siendo «el mismo de siempre» pese a haber tenido que patear a Messi y Ronaldinho en los entrenamientos. «Trabajador, alegre y humilde», como él mismo se define.

En cambio, como futbolista ha pegado un salto brutal. «He mejorado mucho, sobre todo en la salida de balón, moviendo más rápido la pelota. También en la colocación, y he alcanzado la madurez tanto como persona como profesional».

Ha llegado el momento de que deje su cadismo para la grada. Lo esperan en Segunda, Primera e incluso el extranjero. Y al club tampoco le vendrían mal los ingresos extra por un canterano que, inexplicablemente, sólo ha jugado cuatro partido oficiales con la camiseta amarilla. Ha merecido alguno más.

jaguilera@lavozdigital.es