![](/cadiz/prensa/noticias/200806/19/fotos/034D4CA-MUN-P2_1.jpg)
Reino Unido da un inequívoco respaldo al Tratado de Lisboa
La Cámara de Los Lores aprobó anoche el proyecto de ley que incorpora el Tratado de Lisboa en la legislación británica y completó el trámite parlamentario del proceso de ratificación, que ya queda exclusivamente pendiente del sello real para su publicación. Los lores debatieron durante la tarde una moción que pretendía aplazar la discusión hasta finales de octubre, con el objetivo de que el Parlamento pudiera revisar el proceso de ratificación con la información sobre lo que ocurrirá en otros países y las decisiones de la UE sobre cómo resolver el rechazo irlandés en el referéndum de la pasada semana.
| Actualizado: GuardarLa moción de aplazamiento fue propuesta por el conservador Lord Howell, ex ministro de Margaret Thatcher. La propuesta de posponer el debate y dejar la ratificación en una posición vulnerable ante nuevos acontecimientos fue derrotada rotundamente, por 277 votos contra 184. Esa diferencia de votos mostraba con claridad que en los Lores existía, como ya se ha mostrado en votos en debates precedentes, una mayoría sustancial en favor de la ratificación. La Cámara alta sellaba anoche el paso parlamentario del polémico Tratado sin necesidad de voto.
En el debate sobre el aplazamiento, sus promotores argumentaron que posponer la ratificación era una manera de reforzar la posición del primer ministro, Gordon Brown, para ayudar a los irlandeses. Pero incluso su promotor, Howell, reconoció que, tras la moción rechazada, latía su rechazo al Tratado.
Es una opinión compartida por poderosos medios de comunicación y también por la población británica, que, según los sondeos, se manifiesta ampliamente favorable a que la ratificación se someta a referéndum y su intención de votar en contra de la ley de reforma constitucional de la UE.
Pero Tony Blair, primero, y su sucesor, Gordon Brown, han mantenido que el Tratado de Lisboa no es equivalente a la Constitución rechazada por los electores franceses y holandeses, evitando así la celebración de un referéndum en Reino Unido. El de Lisboa, ha argumentado el Gobierno, no requiere un referéndum y el Parlamento puede, por tanto, ratificarlo.
La tramitación parlamentaria ha cristalizado la alianza entre los liberalesdemócratas y los laboristas, donde el número de rebeldes ha sido pequeño. Aunque los conservadores se opusieron en los Comunes, en la Cámara alta hay más lores del viejo 'torismo' proeuropeo, que, en la época de Edward Heath, batallaron con los laboristas para lograr el acceso británico a la entonces Comunidad Económica Europea.