Italia prepara el encuentro ante Holanda pendiente del colegiado

La selección italiana apura los días antes de su decisivo enfrentamiento contra Francia entre el temor a que Holanda no alinee su mejor equipo y la desconfianza hacia unos arbitrajes que considera que le han sido esquivos en las dos primeras jornadas.

Desde que se sabe que el futuro de Italia está en manos de los holandeses no han cesado las apelaciones al pasado 'italiano' del técnico rival, Marco Van Basten. Todos han recordado que éste triunfó como jugador en el Milán y también su amistad con el seleccionador italiano, Roberto Donadoni, que quedaría en una difícil situación si el campeón del mundo no pasa la fase de grupos.

Hasta Arrigo Sacchi, el técnico que hizo grandes a ambos, ha pedido comprensión a Van Basten en una columna que publica la prensa italiana. «Espero, querido Marco, darte las gracias no sólo por el bello fútbol que tu equipo está desplegando, sino también por el favor que le podrías hacer a tu compañero Roberto y a todos tus admiradores italianos. Con respeto, admiración y amistad, Arrigo», señala el escrito.

Sacchi no es el único, el propio Roberto Donadoni ha recordado que Van Basten es una persona «correcta, honrada y competente» para no tirar el partido contra Rumanía. Por su parte, Daniele de Rossi afirma confiar en «la profesionalidad de todos». «Para mí, lo importante es pensar en nuestro partido. Holanda puede ganar 10-0, pero si no vencemos nosotros, de qué sirve», añade.

De igual forma, el defensa Giorgio Chiellini considera que sería un grave error pensar en Rumanía. «Debemos concentrarnos en Francia, que es un grandísimo equipo al que tenemos que derrotar», ha indicado.

El otro asunto de debate en la selección italiana son los arbitrajes, porque el equipo de Donadoni considera que ha sido perjudicado en las dos primeras jornadas, en las que le fue concedido un polémico gol a Van Nistelrooy, sacado del fuera de fuego por la UEFA en base a un criterio desconocido, y le señalaron un penalti en contra en el minuto 82, que Buffon rechazó evitando la temida eliminación.

Por eso, al conocer que el árbitro será el eslovaco Lubos Míchel, un clásico en Liga de Campeones, Buffon se apresuró a mostrar su satisfacción por tener un colegiado con personalidad al frente del partido, que sabrá cómo enfrentarse a situaciones difíciles e imprevistos.

La situación más complicada, sin embargo, la afronta Donadoni, diana de las críticas desde la derrota ante Holanda, y que también ha tenido que salir al paso sobre los rumores de que Silvio Berlusconi, con quien conversó antes del primer partido, le había aconsejado que alinease a tres jugadores del Milán. «Seamos serios. Yo también converso con mi madre y no le gusta decirme a quién tengo que poner», ha respondido el técnico, puesto en entredicho en cada decisión que toma, desde alinear o dejar fuera a Alessandro del Piero hasta contar con Antonio Cassano o dar pocos minutos a dicho jugador.