SERENO. Yúshenko gesticula durante la entrevista. / M. LAZARENKO
VÍCTOR YÚSHENKO PRESIDENTE DE UCRANIA

«Carece de lógica que el país más grande de Europa no forme parte de la Unión»

El jefe de Estado cree que, pese a la oposición de su propio pueblo, el progreso de Ucrania llegará de manos de su ingreso en la OTAN y la UE

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A causa de las presiones ejercidas por Rusia, Ucrania no logró el pasado abril en Bucarest su objetivo de ser incluida en el Plan de Acción para la Adhesión a la OTAN (MAP). Es, sin embargo, el único país no aliado cuyas fuerzas participan en las siete misiones de la Alianza en distintos puntos del planeta. El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, viaja a Ucrania esta semana para visitar las regiones orientales, las más reacias al ingreso en el organismo. Con este motivo, el presidente ucraniano, Víctor Yúshenko, ha concedido esta entrevista a EL CORREO y a otros dos periódicos europeos (Süddeutsche Zeitung y La Croix).

-Moscú amenaza con romper los tratados de amistad y cooperación si Ucrania entra en la OTAN.

-La cuestión del ingreso en la Alianza Atlántica es para nosotros una prioridad y la situamos exclusivamente en el contexto de nuestra soberanía e integridad territorial. Es un asunto fuera de toda discusión. La tarea que hay que resolver es posibilitar que nuestra nación pueda pronunciarse en relación con esa opción.

-Pero Rusia sigue viendo en la ampliación de la Alianza una amenaza.

-¿Qué amenaza puede constituir para Rusia el que Ucrania ingrese en la OTAN? La Constitución prohíbe la instalación de bases extranjeras en nuestro territorio. ¿Despliegue de armas nucleares? Quiero que recuerden que hace quince años renunciamos de forma unilateral a nuestro arsenal atómico. Fueron retiradas 2.000 cabezas nucleares. Nos comprometimos a no permitir jamás el despliegue en nuestro suelo, ni propio ni ajeno. Fue una contribución colosal a la seguridad mundial que debe ser valorada. Damos todas las garantías como Estado de que el territorio ucraniano no será usado nunca contra Rusia. ¿Se puede exigir más?

-Usted sabe que, según los sondeos, la mayoría de los ucranianos están en contra de la incorporación a la OTAN y es un argumento que Moscú emplea sin cesar.

-¿Hace quince años, cuál era la opinión de los polacos o de los alemanes del Este en relación con la OTAN? La mayoría estaban en contra. Lo mismo sucedió en España, Chequia, Eslovaquia o Bulgaria. Nuestra historia es similar. Lo que ahora pretendemos es sólo la adhesión al MAP. Es aún pronto para preguntar a la sociedad sobre el ingreso en la OTAN. Lo que nos exigen los ucranianos es información sobre esa organización, sobre sus objetivos y las ventajas que tendrá para Ucrania. Hace tres años, sólo el 17% apoyaban el ingreso en la OTAN, hoy día son el 33% e incluso, según algunas encuestas, llega al 36%. Hay que tener en cuenta que los que se pronuncian de forma inequívoca en contra son solamente el 27%. Cuando recibamos la invitación oficial actuaremos de la forma más democrática posible. Yo fui, hace dos años y medio, el primero que propuso la celebración de un referéndum, estando precisamente en Moscú.

Conflictos internos

-Una de las condiciones que se exigen para acceder a la OTAN es tener una democracia estable y Ucrania vive desde hace años un conflicto permanente entre el poder presidencial y el Gobierno, incluso ahora que está dirigido por Julia Timoshenko, su aliada.

-Cumplimos todas las condiciones para aspirar a la adhesión. En Ucrania se desarrolla un proceso democrático completamente normal. Resolvemos todos nuestros problemas por la vía del diálogo y el compromiso, no empleamos tanques ni nos dedicamos a disparar contra las instituciones. Creo que éste ha sido mi principal mérito: haber conseguido que la política en Ucrania sea transparente y tenga el diálogo como base.

-Han surgido diferencias entre usted y Timoshenko. ¿Se romperá la coalición? ¿Será necesario convocar elecciones anticipadas?

-Mire, soy economista, dirigí el Gobierno y el Banco Central. Tengo, por ello, una idea muy clara de lo que hay que hacer para que Ucrania progrese y sé perfectamente que no se deben utilizar los fondos de las privatizaciones para propiciar el consumo. Es erróneo desde el punto de vista económico porque dispara la inflación. Llevamos ya cinco meses por encima del 13%, es el doble de la que tienen en Rusia o Polonia y cuatro veces más que la media en la Unión Europea. El culpable de esta situación es el Gobierno, aunque eso no significa que yo me posicione en su contra.

-¿Considera necesario un cambio en la jefatura del Ejecutivo?

-No, lo que hay que cambiar es la política. Si he de ser sincero, le diré que siento hacia el actual Gabinete más simpatía que hacia ninguno de los habidos hasta ahora, pero también más decepción por su incorrecta política económica. Desde el primer día, aconsejé a Timoshenko que prescindiera del populismo. No se puede hacer de los ministros Papás Noel que se dedican a repartir dulces. Voy a utilizar toda mi influencia para modificar el actual curso. Pero, si no hay otro remedio, habrá que convocar elecciones. La economía mundial nos ha puesto ante serios desafíos a los que tenemos que hacer frente también con seriedad.

-¿Qué medidas propone?

-El primer objetivo del Gobierno debe ser lograr la estabilidad presupuestaria y de precios. La segunda tarea, el crecimiento y, por último, la política social. Todo debe hacerse precisamente en este orden. La política social no se debe acometer mientras no se hayan resuelto previamente los otros dos problemas. No se puede poner el carro delante de los caballos. Las medidas adoptadas, sobre todo en lo relativo al gasto público, han llevado a que tengamos un ritmo de crecimiento del 6% cuando hace un año era del 10%. Estamos, evidentemente, ante una tendencia peligrosa. La carestía afecta principalmente a los productos alimenticios. ¿Cómo es posible cuando Ucrania es uno de los principales productores agrícolas? La causa está en el rechazo a actuar de acuerdo con las reglas del mercado y en el regreso a los métodos de regulación administrativa.

Falta de cohesión

-¿Los problemas internos son exclusivamente económicos?

-El país necesita además cohesión y que la haya también en el Parlamento y en el Gobierno. En lo fundamental, tenemos que hacer política de Estado y de acuerdo con los intereses generales, no en beneficio de una y otra fuerza política. Hay que romper con la tradición de extremismo político y confrontación de los últimos años.

-¿No le parece a usted que hay fuerzas en Rusia interesadas en atizar esa confrontación en Ucrania?

-Sí, eso es lo que me parece. (Pide a continuación una nueva pregunta sin más comentarios).

-¿Es cierto que la fuga de dos diputados de su coalición puede hacerles perder la mayoría en la Rada (Parlamento)?

-No, siempre he puesto los principios por encima de los detalles y, en términos generales, la línea que he venido siguiendo encuentra acogida y comprensión en la mayoría de los diputados.

-¿Qué lugar cree que debe ocupar Ucrania en Europa?

-Ucrania necesita a la Unión Europea, pero la UE también nos necesita a nosotros. Hablo de cuestiones concretas como la seguridad o la energía, pero también del papel de Europa en el mundo y del reforzamiento que supondría contar con un país como el nuestro. No es de recibo y carece de lógica que el país más grande del continente y con una población de 47 millones de habitantes, no esté presente formalmente en ninguna institución europea clave.

-Rusia desea conservar su flota del Mar Negro en Sebastopol más allá de 2017, cuando expira el actual acuerdo. Incluso amenaza con subirles el precio del gas si lo impiden. ¿Cuál es su postura?

-La Constitución de Ucrania no prevé la presencia de bases militares extranjeras en nuestro territorio. Lo que nos preocupa es que, mientras llega 2017, se respete lo estipulado en el convenio. Rusia debe ajustarse a lo pactado en lo relativo a la utilización de terrenos e inmuebles, debe entregarnos los equipos de radar para el control de la navegación costera e informarnos de cualquier cambio en el emplazamiento de sus unidades y en la rotación de sus efectivos. Lamentablemente, estas normas se ignoran con frecuencia.