AVALES. Rajoy recientemente en Puerto Lumbreras (Murcia), con su leal Ramón Valcárcel. / MORENO. EFE
ESPAÑA

Rajoy aplica en el Parlamento el giro centrista que el PP dará en su congreso

El líder del PP rebaja la beligerancia contra el PSOE, pacta con los nacionalistas e impulsa una nueva generación de dirigentes El grupo parlamentario, banco de pruebas para ensayar los cambios que quiere imprimir en la línea política del partido

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Todo lo que ha ocurrido desde la noche electoral del 9 de marzo demuestra que de las cenizas de la derrota ha surgido un nuevo Mariano Rajoy, que viene dispuesto a deshacerse de hipotecas, enterrar la legislatura de la crispación y recuperar para el PP el centro político. Es un giro estratégico que marcará el XVI congreso que arrancará el viernes próximo en Valencia pero que el líder popular ya ha empezado a aplicar en su política de oposición en el Parlamento.

Llegó a las elecciones de 2004 por designación de José María Aznar, hizo suyo un equipo de dirección heredado y renunció a imprimir su marchamo en el congreso de octubre de aquel año al permitir que el 'aznarismo' se enseñoreara del cónclave. Más que tomar las riendas, se dejó llevar por un partido profundamente traumatizado por su traumática salida del poder con la esperanza de mantener prietas las filas a la espera de superar el trance y poder así recuperar el Gobierno que creía haber perdido por un accidente.

Desandar el camino

Con el congreso de Valencia, Rajoy se propone desandar el camino recorrido y, ahora sí, imprimir su marca personal en la convocatoria. El XVI cónclave de los populares pasará a la historia del PP como el punto de inflexión y regreso a los principios estratégicos asumidos por la asamblea celebrada en Sevilla en 1990 y que puso al partido del centro derecha en condiciones de poder ganar unas elecciones. Al menos es lo que se propone hacer el único candidato a la reelección en la presidencia del partido que, esta vez sí, llega dispuesto a pelear con uñas y dientes por permanecer en el sillón. En apenas tres meses ha demostrado a sus adversarios internos que es un enemigo duro de pelar con una insospechada capacidad de resistencia y el necesario instinto asesino para ganar batallas.

El grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados le ha servido a Rajoy de banco de pruebas para ensayar los cambios que quiere imprimir en la línea política del PP y sus equipos dirigentes. Soraya Sáenz de Santamaría fue recibida de uñas por los diputados que le atribuían bisoñez, nulo recorrido político y una extrema juventud. En poco tiempo ha demostrado tener capacidad, habilidad y suficiente mano izquierda como para empezar a ganarse el respeto de sus filas, como lo demostraron en el último pleno con unos aplausos que para sí quisiera su predecesor.

El cambio de discurso se estrenó con la legislatura. En su primera intervención en el pleno de control, el líder opositor renunció a preguntar al presidente del Gobierno para hacer una declaración sobre el último atentado de ETA. Aprovechó también para imprimir un cambio de dirección a su estrategia en política antiterrorista que ya no pasa por la bronca anti-PSOE sino por situarse al lado del Gobierno.

Planteamiento

Este planteamiento posibilista lo practica el grupo parlamentario en todas sus actuaciones y así logró dos votaciones unánimes y otras muchas con apoyos diversos. Se acabó el 'todos contra el PP' y, además, la ausencia de pactos estables ha situado la pelota en el tejado del PSOE, que pelea a diario para no quedarse aislado. El ex ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es pieza clave en la estrategia popular del giro al centro y la proyección de una alternativa económica en una legislatura abocada a la crisis. El portavoz de Economía y la diputada andaluza Fátima Báñez fueron los artífices del pacto múltiple sobre el precio de los hidrocarburos, que obligaría al PSOE a regalarle la unanimidad al PP votando a favor de una iniciativa que le impone plazos a su acción de gobierno.

Antes de que el congreso de Valencia se pronuncie a favor o en contra de las tesis de María San Gil sobre los pactos con los nacionalistas, Rajoy ya los está practicando en el Parlamento. CiU y PNV, además de Coalición Canaria e incluso ERC, han sido aliados en sus ofensivas de oposición.

Aunque algunos diputados populares siguen viendo como intrusos a los miembros de la nueva dirección del grupo, Sáenz de Santamaría y su mano derecha, José Luis Ayllón, han mostrado potencial como estrategas a tener en cuenta. Bien lo sabe el portavoz de los nacionalistas vascos, Josu Erkoreka, que quiso conocer por qué los populares no habían votado a favor de sus candidatos para cargos en las mesas de comisiones. «Porque no me lo pidió», explicó la joven jefa del grupo. «Oído cocina», apuntó el peneuvista ante esta respuesta.