Opinion

Se escapó de las manos

CALLE PORVERA Suerte hemos tenido por este rincón. Lo de ver los mercados medio vacíos o las gasolineras momentáneamente desabastecidas se ha convertido en mera anécdota viendo los efectos que ha tenido la huelga de los transportistas en el resto del país. Gracias a Dios, el jerezano de a pie apenas ha sufrido esta protesta realizada bajo el cartel del todo vale. Una huelga cargada de hipocresía, de piquetes que poco tienen de informativos y de una tardía reacción desde Madrid.

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A los huelguistas, al Gobierno, a los piquetes, a los Cuerpo de Seguridad del Estado... prácticamente a todos, se les ha ido de las manos. La tormenta de violencia fue tremenda en la jornada del miércoles. Televisiones, radios y periódicos se cargaron de imágenes más cercanas a una guerra civil que a la defensa de un derecho, y quedó de manifiesto que a todos los elementos (impulsados u obligados a participar en esta batalla) se les ha ido la situación de las manos.

Y no puede ser. No se debe permitir llegar a estos extremos, no puede ser que se tarde tanto en reaccionar, que España se vea semiparalizada, ni que se pierdan vidas (un milagro ha evitado una segunda muerte) en el camino, pues en ese momento todo pierde legitimidad, en el instante que un hombre pierde la vida todo se hunde, pues ni todo el dinero del mundo, ni todo el petróleo de la Tierra, ni la mejor de las soluciones alcanzadas entre los transportistas y el Gobierno podrá paliar el daño que se le ha hecho a una familia granadina.