El alcalde de Amurrio dice que no quiso exaltar a ETA al distinguir a dos presos
La Audiencia juzga a Pablo Isasi por nombrar 'reina' y 'dama de honor' de las fiestas a dos etarras
| Actualizado: GuardarEl alcalde del municipio alavés de Amurrio, Pablo Isasi Agirre, declaró ante el juez que «en ningún momento» pretendió enaltecer a ETA ni humillar a las víctimas cuando en agosto de 2005, poco antes del 'txupinazo' que marcó el inicio de las fiestas de San Roque de su localidad, el ayuntamiento distinguió a sus vecinos José Ángel Biguri y Santos Berganza, ambos en la cárcel por su relación con ETA, con el título de 'Reina' y primera 'Dama de honor' de los festejos.
Isasi Agirre, de Eusko Alkartasuna y regidor de Amurrio desde 1986, compareció ante el tribunal de la Audiencia Nacional -a donde llegó acompañado del presidente de EA, Unai Ziarreta- junto al concejal de Cultura, el peneuvista Elder Zalbide, y los jóvenes del municipio alavés Arkaitz Quincoces y Alfredo Remírez para ser juzgado por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo. La fiscal Ana Noé pide para los cuatro una condena de 15 meses de prisión y diez años de inhabilitación absoluta.
La primera sesión del juicio, que terminará el próximo día 28, se consumió con las declaraciones de los acusados y testigos. Fue una vista atípica, ya que compartieron banquillo un alcalde y un concejal de EA y del PNV, impecables de traje y corbata, con dos jóvenes vestidos muy informalmente: sudadera, camiseta a rayas, zapatillas, aros en las orejas y pelo cortado a cepillo.
Los hechos juzgados sucedieron el 11 de agosto de 2005. Los acusados Quincoces y Remírez, miembros de la comparsa próxima a la izquierda radical Herriarenak, acudieron al salón de la Casa de la Cultura municipal, donde la corporación local iba a designar a los representantes de las fiestas, con dos monigotes de cartón con las caras de los reos elegidos 'Reina' y 'Dama de honor'. Ambas siluetas mostraban el puño en alto e iban tocadas con boinas vascas. Por la megafonía del ayuntamiento fueron llamando a los ediles que debían imponer las bandas de honor, al alcalde le correspondió honrar a la 'Reina' José Ángel Biguri, y al concejal de Cultura a la 'Dama' Santos Berganza.
En ese punto las versiones fueron diferentes. El alcalde Pablo Isasi declaró que sabía que los monigotes representaban a etarras, pero resaltó que no impuso la banda de honor «a ninguna silueta», sino «a la persona física que soportaba al representante de la fiesta», es decir a uno de los jóvenes abertzales que cargaron con las maquetas todo el acto. Además, señaló que en ese momento «no hubo ningún grito o signo de ensalzar» a ETA o al terrorismo.
El concejal de Cultura, Elder Zalbide, fue más explícito y aseguró que ni siquiera sabía que en el acto dos presos de ETA iban a recibir la distinción. Sostuvo que se enteró de que tenía que imponer una de las dos bandas de honor durante la recepción. Al entregarla, dijo, «el chico se echó a un lado y le ofreció el monigote, pero él quiso ponérsela al joven, que al final se la colgó al muñeco, afirmó. Zalbide aseguró que «no habría participado» en la representación de haber «asociado» con ETA a los homenajeados.
Su versión fue cuestionada por la concejal del PP, Montserrat Canive, que explicó que el nombre de los etarras fue anunciado por megafonía y allí «estaba todo el mundo encantado». En el acto, aseguró, «el protagonismo lo tenían las figuras» y a una de ellas el alcalde y el joven radical le impusieron las bandas «entre los dos».