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No había ganas de fiesta
El Xerez apuró sus mejores ocasiones para el final, pero le faltó precisión de cara a puerta El Deportivo permanece fuera del descenso, aunque sólo una victoria le garantiza la salvación
Actualizado: GuardarLa fiesta tendrá que esperar. El Xerez no pudo certificar su salvación en Las Palmas y llega a la última jornada con su vida en juego. No ganó, no tuvo una clara intención de vencer, no dejó síntomas de desesperación. Más bien, pareció todo lo contrario. Los azulinos desprendían una tranquilidad que no se refleja en la clasificación, pues aunque es cierto que tienen la permanencia en sus propias manos, se la tendrán que jugar a una última carta. Al Estadio de Gran Canaria salieron con ese último as muy presente, sin arriesgar descaradamente, siendo conscientes de que restaba una última bala en la recámara. La defensa estaba bien armada, no pasó problemas y logró mantener la portería a cero. Pero con esa filosofía, con ese planteamiento sólo se logró un punto que a priori no sirve para nada, pues los resultados que dejó la jornada le obligan a ganar al Elche.
El encuentro no fue bueno, pero a los canarios les bastaba, pues su afición se lo montaba bien en la grada. Los azulinos especularon, estudiaron y fallaron cuando se lanzaron a por el encuentro en los minutos finales. Aún así, se logró mantener la tendencia de puntos y una media inglesa que aseguraría la salvación sobre la campana.
Paciencia
Una de las claves del Efecto Esteban ha sido la apuesta del técnico por un bloque fijo, por un once titular en el que sólo las lesiones o las sanciones rompieran su continuidad. Al técnico del Xerez le costó tres jornadas dar con esa alineación tipo, ese once de la salvación que sólo variaba en dos hombres respecto al que ayer saltó al Estadio de Gran Canaria. Samuel y Momo estaban en la selección ideal de Esteban pero los problemas del asturiano y el canario dejaron paso a Carlos Calvo y Jorge Luque, con lo que el Deportivo salía a certificar la permanencia con los mismos once hombres que vencieron la semana pasada al Poli Ejido. Mismo once, pero distinto carácter.
Y es que a pesar de tener en frente un rival que no se jugaba más que alegrarles la tarde a sus aficionados, los de Esteban salían con reservas en el primer tiempo. La bola fue para los canarios, aunque las ocasiones quedaron repartidas.
Las primeras fueron para Las Palmas, pues antes de que se llegara al quinto minuto de encuentro Christian ya pudo adelantar a los amarillos. El centrocampista remató de cabeza un centro desde la derecha que se marchó besando el larguero.
En ese primer aviso se pusieron boca arriba las cartas de dos entrenadores que dejaron anclada la línea defensiva. El centro del campo y el ataque se podían descomponer, pero ni a los zagueros azulinos ni a los amarillos les pillaban por sorpresa. Siempre esperaban atrás. Ninguno de los dos quería perder, pero entre la concentración defensiva se fueron colocando ocasiones. Carlos Calvo, Pedro Ríos, Yordi y Viqueira generaron o desaprovecharon las más claras. Viqueira lo intentó de libre directo sin éxito, a Yordi le faltó algo de puntería, los disparos de Perico se toparon con los defensas y Carlitos no se quiso creer que podía marcar el gol de la permanencia. El madrileño lo tuvo en el descuento de la primera parte. Tenía el cuero controlado, espacio y tiempo para pensar, pero la tocó mordida y su disparó acabó en una cesión a Santamaría.
Los canarios también probaron a Porato. El francés tuvo una buena tarde, y además, contó con la colaboración de los palos. Ya en la primera parte el larguero le echó una mano, pues Márquez la mandó al travesaño tras una buena mano de Stephane. En los primeros minutos de la segunda parte, en los que los locales incrementaron su intensidad ofensiva, el meta azulino mantuvo el tipo, con temple en un mano a mano con Nauzet Alemán, y con su dosis de fortuna en otro gran disparo del mismo centrocampista.
El arranque de la segunda parte ofreció muchas más variantes en ataque. Los sistemas se desencorsetaron ligeramente y los delanteros les restaron protagonismo a los defensas. Esteban retiró del terreno de juego a Viqueira, sin magia y algo tocado, para dar entrada a la chispa de Antoñito. El sevillano comenzó a dejar destellos desde sus primeras intervenciones, pero fue con la entrada de Francis cuando se estuvo más cerca de lograr la victoria.
Los azulinos tuvieron sus mejores oportunidades a partir del cuarenta, en esos últimos nueve minutos de juego en los que realmente pusieron contra las cuerdas a los amarillos. El de Barbate se asoció bien con Antoñito y entre los dos fabricaron una gran jugada que sólo la pierna izquierda de Francis estropeó.
En el último minuto del descuento Abel Aguilar también pudo evitar el sufrimiento de la última jornada, pero un espectacular Santamaría mandó a córner un disparo del medio centro colombiano en el área chica.
El punto no sirve para nada. Continúa el sufrimiento.
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