Cristina G. Ramos.
MIS RECUERDOS DE LA TELE CRISTINA GARCÍA RAMOS PRESENTADORA

«'Embrujada' era una serie deliciosa»

A las Islas Canarias las emisiones televisivas llegaron con unos años de retraso, así que mientras en la península los españoles ya disfrutaban del invento, para los isleños era aún una cosa casi de ciencia ficción. Ajena a la revolución catódica creció Cristina García Ramos (Santa Cruz de Tenerife, 1949), jugando en la calle y en el patio del colegio de monjas.

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Casi a mediados de los años 60 la señal llegó a las Canarias, pero en su hogar se impuso cierta «resistencia» a meter al extraño en casa. «Mis padres no corrieron a comprar una tele, sino que esperaron a ver de qué iba aquello». Pero finalmente acabaron rindiéndose al encanto de aquella caja cuadrada que mostraba imágenes en movimiento y que descubrió a niños y mayores historias que les fascinaban.

Como las que se relataban en una de las series míticas de los sesenta, Embrujada, y posteriormente repuesta varias veces. «La veía con mi hermana y nos encantaba Samantha y sus poderes, también la suegra que odiaba al pobre yerno y le hacía la vida imposible. Era divertidísima, deliciosa», recuerda la presentadora de Corazón, corazón. Como otros jóvenes de la época, ella también se apuntó a la furia televisiva de títulos como Bonanza o El Virginiano y otros con sello español como Fortunata y Jacinta.

A diferencia de la mayoría de los espectadores, Cristina no vivió el salto de la televisión en blanco y negro al color como un gran acontecimiento. A ella le gusta la escala de grises, el cine clásico y la fotografía en blanco y negro. Así le gustaba ver la televisión, por eso le «horroriza» que hayan «coloreado» algunas series. Algunas de ellas han salido en colecciones de DVD que la periodista canaria guarda con celo en casa y que de vez en cuando, en un ejercicio de nostalgia, se poner a ver y a recordar.