TESORO. El estudio confirma uno de los mayores expolios de la Historia.
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El ladrón llegó medio siglo antes

Un aventurero alemán saqueó la ciudadela inca de Machu Pichu 44 años antes de que fuera revelada al mundo su existencia

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La ciudadela inca de Machu Pichu fue descubierta y saqueada por un aventurero alemán en 1867 con el conocimiento del Gobierno peruano,casi medio siglo antes de que el explorador estadounidense Hiram Bingham revelara al mundo su existencia, anunció ayer el historiador peruano Carlos Carcelén. Según una investigación liderada por el cartógrafo estadounidense Paolo Greer, la fabulosa ciudad oculta de los incas, situada en la cumbre de una montaña a unos 2.800 me-tros de altura, fue encontrada en 1867 por el buscador de oro y empresario maderero Augusto Berns, quien du-rante años se dedicó a saquear las ruinas y enviar los preciados restos arqueológicos a Europa.

Carcelén, que formó parte del equipo de Greer, explicó que existen una serie de documentos y mapas que identifican el lugar exacto de la fortaleza fechados mucho tiempo antes de su descubrimiento oficial, lo que indica que «Machu Pichu fue conocido por mucha gente antes que Bingham».

La ciudad perdida

La fortaleza de Machu Pichu fue dada a conocer al mundo por el profesor de la Universidad de Yale Hiram Bingham, en 1911, que acudió a la ciudad perdida de los incas guiado por campesinos locales que ya conocían la existencia del lugar, aunque no su valor arqueológico.

El historiador explicó que Berns se instaló en la región de Cuzco y creó una empresa maderera y de explotación minera en la segunda mitad del siglo XIX, desde donde comenzó a saquear las reliquias de Machu Picchu con el conocimiento del gobierno de entonces.

«Hay documentos que señalan textualmente que Berns tenía que entregar el 10% de las alhajas y joyas de oro y plata que salen de las ruinas incaicas», afirmó Carcelén.

El historiador denunció la existencia de importantes colecciones de piezas incaicas en Europa, especialmente en Alemania, que empezaron a llegar al Viejo Continente a finales del siglo XIX sin que nadie sepa su origen.

Carcelén lamentó que estas reliquias «que salieron fruto del saqueo» nunca se hayan reclamado, mientras que las piezas de Machu Pichu que Bingham se llevó en 1912 a su país «sean pasto de un debate ideológico para su devolución».

Perú mantiene un contencioso con la Universidad de Yale por la devolución de más de 40.000 piezas procedentes de la ciudadela, que se conservan en la prestigiosa casa de estudios americana desde hace casi un siglo. Mientras que el Gobierno peruano solicita la devolución de todas las piezas, Yale pretende devolver a Perú tan solo 384 piezas en un plazo de dos años, con el propósito de exhibirlas en un museo que deberá construirse en Cuzco bajo especificaciones dictadas por la institución estadounidense.