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«Había turistas que se pagaban las vacaciones con el expolio»
Sus alumnos no lo llaman 'maestro', sino 'el maestro': este arqueólogo fue el primer español en especializarse en la materia, a mediado de los 70
Actualizado: GuardarCuando Javier Nieto cursaba Cuarto de Historia, a finales de los 60, el uso del regulador en las botellas de oxígeno había convertido el submarinismo en una actividad normalizada. En apenas diez años, gracias a las mejoras en el manejo de los equipos, el buceo pasó de ser una afición exclusiva de ciertas elites a una moda que se extendía rápidamente entre jóvenes con ganas de aventura y cierta capacidad económica. El número de exploradores aficionados a saquear los fondos marinos se multiplicó. Y, con ellos, llegó el expolio sistemático de buena parte del litoral español. Este historiador madrileño, afincado en Cataluña desde 1974, fue entonces uno de los investigadores pioneros en denunciar la desprotección del patrimonio sumergido en nuestro país, además del primer especialista en formarse científicamente como arqueólogo submarino. Desde el lunes, comparte su experiencia con colegas de todo el mundo gracias a un curso para profesionales organizado por la Junta de Andalucía.
-En los 70 tuvo que salir de España para formarse. ¿Tomó entonces conciencia de la distancia a la que nos encontrábamos de otros países europeos?
-En España, durante los 60 y 70, sólo hacían arqueología submarina los clubes de inmersión y los buceadores deportivos. Sacaban ánforas o monedas cuando las encontraban y las llevaban a los museos si les apetecía. No había intención de crear algo parecido a los centros, ni interés por parte de las administraciones en desarrollar proyectos o programas específicos. Yo acabé aquí la carrera de Historia y nadie, nunca, me habló de arqueología subacuática. Salir de España fue pasar de la nada absoluta al paraíso. Francia e Italia habían empezado en los 50. En Francia, tenían incluso un barco equipado específicamente para la prospección y la excavación de yacimientos.
-¿Se encontró con muchas dificultades para convencer a las autoridades españolas de que había que actuar sobre el patrimonio sumergido?
-Bueno, aquí se veía el asunto como una cosa simpática, pero nadie asumía una responsabilidad institucional al respecto.
-¿Los expoliadores campaban con total impunidad?
-Durante los 60 y 70 el expolio fue durísimo, bestial. Estábamos en pleno boom turístico, y buceadores de toda Europa venían a España para hacer inmersiones. Se encontraron con objetos que llevaban siglos yaciendo sobre los fondos marinos y una falta absoluta de control. Se los llevaban a sus países, los vendían y se pagaban así las vacaciones. Era una práctica normal. De ahí, pasamos a los grupos organizados que vieron un filón en el comercio clandestino.
-Fue precisamente un escándalo el que espoleó a las autoridades a tomar cartas en el asunto. Saltó a los periódicos el expolio sistemático de yacimientos en aguas catalanas. ¿Igual que con el caso Odyssey?
-A principios de los 80 la situación se hizo evidente e insostenible. Las administraciones comenzaron a sentirse presionadas por la opinión pública y por los medios de comunicación y decidieron tomar medidas.
-¿Ahora está pasando lo mismo?
-El contexto es distinto. Las autoridades están plenamente concienciadas con la cuestión, ponen medios y personal. Sí es cierto que, dentro de la desgracia y de lo lamentable que resulta el caso Odyssey, la resonancia que ha tenido en los medios de comunicación ha despertado conciencias y ha vuelto a motivar a las instituciones públicas.
-¿España está haciendo lo que tiene que hacer para evitar otros Odyssey?
-Hemos dado un salto cuantitativo espectacular en los últimos 20 años. No contábamos con legislación, ni con profesionales, y ahora, al menos, los tenemos. Falta avanzar en estos campos; faltan técnicos, porque la costa de España es enorme; faltan medios materiales y también más leyes específicas. Pero no podíamos olvidar que partíamos de la nada.
-¿Dejará el patrimonio sumergido de ser el hermano pobre del terrestre en parte gracias a Odyssey?
-Ocurrirá poco a poco. No creo que haya un cataclismo, un terremoto, que cambie la situación. Odyssey será un empujoncito. Ojalá sirviera para que nos doten de más medios y personal.
dperez@lavozdigital.es