El secretario general de la ONU, Ban ki Moon, durante la rueda de prensa ofrecida hoy en la cumbre de la FAO celebrada en Roma. /AP
cumbre de la fao en roma

La ONU pide consenso internacional en las políticas de producción de biocombustibles

Diversos estudios señalan que influyen entre un 2 y un 15% en el encarecimiento de los alimentos a nivel mundial, cuyo precio ha subido un 55% desde junio del año pasado

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El secretario general de la ONU, Ban ki Moon, ha pedido en Roma un consenso internacional para la producción de los polémicos biocombustibles, a los que se atribuye una parte de la responsabilidad en la actual crisis alimentaria mundial, objeto de debate desde ayer en la Conferencia de Alto Nivel organizada por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El llamamiento al consenso de Moon responde a la complejidad que plantea el uso como combustible de los bioalcoholes, fabricados a partir de cereales, entre ellos el maíz, u otros cultivos, como la caña de azúcar. Diversos estudios indican que los biocarburantes han influido entre un 2 y un 15% en el encarecimiento de los alimentos a nivel mundial, cuyo precio ha subido un 55% desde junio del año pasado.

La crítica hacia los biocombustibles abarca desde el aspecto económico hasta el de orden moral e incluso el ecológico. Por todo ello, Moon ha considerado "clave" encontrar un "consenso" en las políticas de producción y ha señalado la necesidad de una "mayor investigación" para conocer su "impacto" en el precio de los alimentos.

El biocombustible a base de cereal, en el punto de mira

El secretario de Agricultura de México, Alberto Cárdenas Jiménez, ha coincidido hoy con uno de los mayores defensores, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien afirmó ayer durante su intervención en la cumbre que los biocombustibles son como el colesterol, "lo hay bueno y lo hay malo".

El biocarburante bueno es, según Cárdenas, el de Brasil, que se produce con caña de azúcar y no altera el precio de los alimentos, por lo que anunció que México también va a empezar a producirlo. El etanol malo es, a su juicio, el que fabrican EEUU y la UE, ya que lo hacen con cereales, con lo que sacan los alimentos básicos del mercado alimentario y promueven su encarecimiento.

EEUU dedicó el año pasado 54 millones de toneladas de maíz a producir etanol, este año destinará 76 millones y el año próximo 101. Además, EEUU y la UE otorgan subvenciones a los agricultores que los cultivan, lo que "distorsiona" los mercados y "está en contra de las reglas del libre comercio", según han manifestado en sus discursos los dirigentes de los países en desarrollo.

EEUU rechaza las críticas

El secretario de Agricultura de EEUU, Ed Schafer, ha rechazado las críticas al asegurar que los biocarburantes de su país "no se hacen a costa de otros cultivos" y afirmar que incluso la exportación de maíz norteamericano ha aumentado. Schafer ha minimizado, además, el peso de los biocumbustibles en la subida del precio de los alimentos al situar su impacto en torno a un 3%.

El problema para la FAO es que en este momento "la oferta y la demanda (alimentaria) está tan ajustada que cualquier problema provoca un desastre, sea el problema natural de un ciclón o una sequía o sean los biocombustibles", ha declarado el español José María Sumpsi, subdirector general de esa organización. Por ese motivo, Sumpsi ha asegurado que "mientras continúe así, derivar alimentos para producir bioalcohol o biodiesel es muy discutible".

Diversidad de opiniones

Sin embargo, no hay coincidencia para determinar las causas de la crisis alimentaria, lo que dificulta la búsqueda de soluciones, según se puso ayer de manifiesto. El director general de la FAO, Jacques Diouf, apuesta por que el camino para salir de la crisis es invertir 30.000 millones de dólares anuales en agricultura; una solución en la que coincidió el secretario general de la ONU al recordar que "el mundo necesita producir más comida", a lo que se sumó Sarkozy.

Pero no todos se mostraron de acuerdo en que la producción agrícola sea el problema. La presidenta de Argentina, Cristina Férnandez, cree que la causa de esta crisis es más bien de distribución, debido al oligopolio en el sector y al proteccionismo agrícola de los países ricos, al igual que Brasil, Cuba y Egipto. Precisamente, el etanol y el resto de los biocombustibles es una de las causas que algunos consideran clave en el alza de los precios en los alimentos, término rechazado por Brasil y Estados Unidos, los principales productores.