PAREJA. La obra narra la vida del pintor malagueño y su esposa Jacqueline.
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Los pinceles de la discordia

La justicia francesa juzga si es verídico el libro de Pepita Dupont por el que 61 'picassos' debieron ir a España

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La vida de algunos grandes personajes de la historia está llena de enfrentamientos familiares, hijos ilegítimos y una herencia suculenta a la que hincarle el diente. En este ultimo punto se encuentra el culebrón desatado por el libro escrito por Pepita Dupont, periodista, amiga íntima de la última viuda del pintor malagueño y autora de La vérité sur Jacqueline et Pablo Picasso (La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso).

La Fiscalía del Tribunal Correccional de París consideró ayer que existe difamación en un pasaje de la obra, en el que se acusa a la hija de la última esposa del pintor de haber hecho desaparecer un testamento en el que presuntamente ésta donaba 61 obras del artista a España. El Tribunal Correccional de París se pronunciará el próximo 17 de julio sobre la causa abierta contra Pepita Dupont.

La hija de Jacqueline e hijastra de Picasso solicitó a la editorial Cherche Midi y a Dupont 200.000 euros por «daños y perjuicios, difamación, negligencia y mala fe», que donaría a obras de caridad en caso de ganar el juicio. Catherine criticó durante la vista que la periodista no se hubiera puesto en contacto con ella para escribir un libro que sus letradas consideran un relato monstruoso, en el que presenta a la hija de Jacqueline como una «histérica».

Detalles de la vida íntima

La obra de Dupont desgrana detalles de la vida íntima de Jacqueline entre 1983, fecha en que conoció a la periodista, y 1986, cuando la última esposa de Picasso se suicidó de un tiro en la sien. Además de relatar la mala relación entre madre e hija, la periodista afirma en su obra que Jacqueline escribió un testamento en el que expresaba su voluntad de donar a España 61 cuadros, que formaban parte de la exposición de 1986 Picasso en Madrid, y que la hijastra del artista habría hecho desaparecer para heredar el legado del padre del cubismo.

Dupont, que nunca aceptó que Jacqueline le regalase ningún cuadro de Picasso, aseguró que su amiga le explicó por teléfono sus intenciones días antes de suicidarse.

Diferentes testigos próximos al pintor y su esposa, citados por la defensa, afirmaron conocer la intención de Jacqueline de, siguiendo los deseos de su esposo, permitir que esas obras terminasen en España. Sin embargo, ninguno testificó haber visto o tenido conocimiento de que llegara a existir el testamento que se cita en el libro.

Durante la vista se proyectó también una reciente entrevista televisiva en la que el ex ministro socialista francés de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, confirmó los designios que la periodista atribuye a Jacqueline, aunque nunca se mencionó la existencia de que se hubiera plasmado por escrito en un testamento. La acusación también encontró testigos del entorno de Jacqueline y Pablo Picasso que negaron que la viuda del pintor tuviera intención de donar esas obras al entonces recientemente democrático Estado español y que aseguraron que la relación entre Catherine y Jacqueline era normal.

Catherine Hutin-Blay se querelló por el relato de las nefastas relaciones que mantuvo con su madre durante décadas, en particular en vísperas de su suicidio, así como de su comportamiento tras su muerte, aunque la Fiscalía entendió que en tales pasajes del libro casi biográfico no existe «mala fe».

El tribunal emitirá su veredicto sobre este primer juicio contra La Vérité sur Jacqueline et Pablo Picasso el próximo 20 de junio.