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Zapatero advierte a Berlusconi de que no basta con una ley nacional para frenar la inmigración irregular en la UE
El primer ministro italiano matiza que ser ilegal no será un delito en sí mismo sino un agravante cuando exista una causa previa
ROMA Actualizado: GuardarEl presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se han reunido en un breve encuentro con el objetivo de zanjar la crisis en las relaciones por los cruces de declaraciones respecto a las medidas contra la inmigración de Italia, si bien el jefe del Ejecutivo ha insistido en la necesidad de coordinación europea en la materia y con los países de origen y ha advertido de que "una ley nacional" no basta para resolver el problema de la inmigración ilegal.
En una breve comparecencia ante la prensa tras la alrededor de media hora que han permanecido reunidos, ambos han asegurado que el encuentro había servido para demostrar la buena relación existente entre los dos países más allá de las declaraciones realizadas por algunos miembros de sus respectivos gobiernos. "Hemos aclarado que no hay nada entre nosotros, faltaría más", ha afirmado Berlusconi, insistiendo en que" España e Italia son países amigos y también los presidentes".
En la misma línea ha insitido Zapatero, que califica a Italia de "país hermano y amigo" y ha recalcado que la reunión, la primera desde que Berlusconi volvió al poder, "confirmó lo que fue el estilo y la práctica de la relación" cuando Berlusconi era primer ministro en su anterior mandato y él presidente del Gobierno.
Además, ha servido para sentar "las bases sobre las que vamos a trabajar juntos en la UE" y Zapatero ha citado como problemas a abordar conjuntamente la necesidad energética y la subida de los precios del petróleo, el fenómeno migratorio y la crisis alimentaria . "Las cosas van bien y la relación va a ser sin duda positiva".
El problema migratorio
El presidente del Gobierno se ha mostrado más duro respecto a la posición italiana, si bien agradeció que Berlusconi le explicara en qué consisten las medidas adoptadas y le aclarara "algunas cosas que tienen una dimensión mucho más reducida de lo reflejado por la prensa".
En opinión de Zapatero, la mayoría de los problemas a los que se enfrenta la sociedad actual se abordarían "con más garantía" si se hiciera de forma coordinada europea, tanto el problema migratorio como el energético, y ha incidido en que "no es que queramos o no queramos hacerlo, o seamos más o menos europeístas, es que estamos obligados a hacerlo".
Según el presidente del Gobierno, la inmigración es una materia en la que hay "una búsqueda permanente de respuestas" porque es un "tema apremiante". A su juicio, "la respuesta a la inmigración ilegal, que hay que combatir, es la cooperación con los países de origen" para poder repatriar a todos aquellos que se encuentran en situación irregular en otros países.
Eso "se consigue con un esfuerzo diplomático". "Ojalá bastara una ley nacional pero no es así", ha afirmado a renglón seguido, en una clara referencia al proyecto de ley italiano que prevé convertir en delito la inmigración ilegal. En este sentido, el presidente del Gobierno ha recordado que desde su llegada al Gobierno él no ha modificado las leyes en materia de extranjería, "ojalá que la respuesta fuera cambiarlas", a la espera de ver si "es eficaz" la decisión del Gobierno italiano cuyo fin, a su juicio, es "evitar la llegada" de inmigrantes.
Todo fueron malentendidos
El presidente del Gobierno ha aclarado, llegado a este punto, que España, con su política en materia de inmigración, ha conseguido más repatriaciones de inmigrantes ilegales que otros países, pero ha explicado, "cada país tiene sus circunstancias" y en el caso de Italia no quiso entrar a comentarlas.
"El desafío es considerable, no es fácil, teniendo en cuenta que hay más de 800 millones de personas con hambre en el mundo" por eso, "el gobernante que diga que es fácil es que no dice la verdad a sus ciudadanos", concluyó, volviendo a insistir para terminar en que "con la colaboración se consiguen más resultados".
Según fuentes gubernamentales, durante el encuentro Berlusconi ha lamentado el malestar provocado por su "pequeña broma" sobre el "Gobierno rosa" de Zapatero, que sólo era un "chiste". El presidente del Gobierno ha aprovechado para apuntar que se producen muchas "malinterpretaciones" que esto fue precisamente lo que ocurrió con las declaraciones de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que generaron la polémica.