Historia de los festivales (II)
La fórmula de ofertar flamenco durante la estación canicular fue iniciada como señalamos por el Potaje de Utrera hace justo 51 años. La siguiente población en acoger la modalidad de Festival Flamenco veraniego fue Arcos de la Frontera, justo cuatro años más tarde. La bellísima población gaditana, pórtico de la serranía, encomendó la tarea a la Cátedra de Flamencología y Tradiciones Populares Andaluzas, entonces con el añadido de Estudios Folclóricos Andaluces. Un nuevo tanto que hay que sumar a la larga lista de aportaciones al mundo flamenco de su director Juan de la Plata.
Actualizado: GuardarLa cita tuvo lugar en la emblemática e histórica Plaza del Cabildo arcense, el jueves 7 de septiembre de 1971, bajo la promoción del Ayuntamiento local que destinaría los fondos obtenidos a la anual Cabalgata de Reyes Magos. Y no pudo comenzar con mejor pie ya que se logró reunir un cartel cuajado de grandes figuras, hoy casi imposible de ofertar, con los nombres de Juan Talega, Fernando Fernández Monge Terremoto de Jerez, La Perla de Cádiz, María Vargas de Sanlúcar, Tía Anica La Piriñaca, así como Paco Laberinto, Angelita Gómez, Rafi Santiago, Juan Acosta, Zapata de Arcos, Juana la del Pipa, Parrilla El Viejo, la Chicharrona, Sebastián Acevedo El Berza y El Paulera de Jerez. Lo que se dice un cartelazo rematado.
De este modo nacía un gran festival que con el tiempo derivaría en la actual organización de la conocida Velá de los Ángeles, patrona de Arcos de la Frontera, que sigue con el peso histórico de la cita. Por fortuna, Arcos de la Frontera, tras algunos años sin estar en primera línea puede recobrar su esplendor en la organización de actos flamencos con el I Encuentro Flamenco en Escena que se va desarrollar este año en los principales enclaves de la población, bajo la dirección de Curro Velázquez Gaztelu.
La tercera localidad en organizar un festival flamenco de estas características sería la cuna de Antonio Cruz García. El sevillano emplazamiento de Mairena del Alcor tomó el testigo a Utrera y Arcos en 1962. El origen de este magna cita con lo jondo se debió a las necesidades de una parroquia mairenera. Como cabe entender, el Maestro de los Alcores sería definitivo en las primeras convocatorias que llegaron a reunir a lo más granado del cante grande. (Continuará)