Detenido el ex concejal de Deportes de Chiclana tras saltarse un control

El que fuera concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Chiclana durante la presente legislatura, Andrés D. G., protagonizó el pasado fin de semana un altercado con la Guardia Civil que terminó en su detención y en la imputación de varios delitos.

Junto a él, Andrés Jesús G. L., que en estos momentos ocupa uno de los cargos de confianza de la Alcaldía chiclanera, también fue arrestado después de que ambos se saltaran un control e increparan a los agentes tras ser interceptados.

Este nuevo varapalo para el cuatripartito chiclanero se produjo en la madrugada del pasado sábado en el polígono Urbisur en Chiclana. Una patrulla del Instituto Armado tenía montado lo que en el argot policial se denomina punto de verificación. Los agentes que estaban trabajando a pie de calle oyeron sobre la una y media un golpe seco y al girarse vieron como un coche, en concreto un Citroën Xantia, había chocado contra la puerta trasera del vehículo oficial. Pese al accidente, el conductor prosiguió su marcha sin detenerse, por lo que los guardias salieron tras de él y lo interceptaron a los pocos metros.

Al bajarse los dos ocupantes, que resultaron ser Andrés D. G. y Andrés Jesús G. L., comenzaron a increpar e insultar a los agentes, que pidieron refuerzos ante el cariz que estaba tomando la situación. Dos guardias incluso sufrieron lesiones leves por la resistencia demostrada por los dos hombres, que fueron finalmente conducidos al cuartel de la Guardia Civil.

Al ex edil de Deportes, que era la persona que estaba al volante, le pidieron que se sometiera a la prueba de alcoholemia ante los síntomas que presentaba, pero Andrés D. G. se negó. Ante esa situación, se le informó que le imputaban los delitos de resistencia y atentado a agente de la autoridad y otro contra la Seguridad del Tráfico. A su acompañante le formularon las mismas acusaciones, salvo la relacionada con la circulación porque no era la persona que conducía. Tras pasar una larga noche en el cuartel chiclanero, quedaron en libertad con cargos y en el día de ayer pasaron a disposición del juzgado de Instrucción nº 1 de Chiclana.

Una carrera fugaz

Andrés D. G. iba de número tres en la lista de IU y tras los resultados electorales que dieron el vuelco al gobierno municipal de Chiclana consiguió acta de concejal. Cuando se constituyó el cuatripartito, el alcalde Ernesto Marín lo nombró delegado de Deportes y Cooperación Internacional, pero su responsabilidad pública duró poco. Apenas dos meses después de ser nombrado se conocía públicamente que era dueño de una vivienda ilegal, y tras la presión de la oposición y de la opinión pública, decidía presentar voluntariamente su renuncia al puesto y entregaba su acta de edil. Lo sustituyó en el puesto el número cuatro de la formación de izquierdas: José Blanco Corrales. Es bombero de profesión y mantiene aún su militancia en la agrupación local de IU-Los Verdes.

Por su parte, Andrés G. L. fue número ocho en las listas del mismo partido y desde hace varias semanas trabaja en el Ayuntamiento tras haber sido nombrado asesor de Alcaldía. Es maestro y su llegada al cargo ha ido de la mano de su relación con el primer Teniente de Alcalde, José Pedro Butrón, líder local de Izquierda Unida.

Desde el partido en el que militan ambos se ha restado importancia al suceso. José Pedro Butrón considera que el incidente pertenece al ámbito privado y no quiso hacer ninguna valoración más.

Todo lo contrario ocurría en las filas del PSOE, que entiende que este asunto afecta a la vida pública de dos personas que ejercen o han ejercido como representantes municipales o cargos de confianza del Gobierno. Fuentes socialistas criticaron que «nuevamente el señor Butrón diga que este tema es un asunto particular, como ya dijo al conocerse las presuntas irregularidades en la nave del alcalde hace unos meses, y sin embargo olvide que ha querido hundir al portavoz local del PSOE, José María Román, por el Coto San José». Le piden al cuatripartito que sea «coherente y actúe en consecuencia, en lugar de achacar cada vez que algún miembro comete una irregularidad a que son circunstancias personales».

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