REFLEXIÓN. Rajoy ha de sortear dificultades ante el congreso. / AP
ESPAÑA

El PP se encamina hacia su 16.º congreso nacional sin control alguno

La candidatura oficial que encabeza Rajoy no tiene las riendas para garantizar los resultados del cónclave

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Desmantelada la dirección y con el secretario general 'en funciones' y fuera de juego, el PP se encamina hacia su 16º congreso nacional sin control alguno. Mariano Rajoy no tiene garantizados los resultados del cónclave más allá de los votos a su lista ni dispone de un 'aparato' fuerte y organizado que gestione su candidatura. Así las cosas, en el cónclave de Valencia puede pasar cualquier cosa, fructificar enmiendas políticas contrarias al ideario del presidente que salga de las urnas o nuevos mecanismos estatutarios que podrían llegar a bloquear su elección.

«¿Quién gestiona la candidatura de Rajoy?» es la pregunta que se hacen los políticos populares baqueteados en muchos congresos que se temen lo peor de su décimo sexta convocatoria. No les falta razón para la alarma porque la renuncia de Ángel Acebes - que se limita a ocuparse de aspectos formales de la reunión- y la práctica desaparición de la dirección nacional dejan al candidato oficial a merced de las maniobras de sus adversarios o de cualquier compromisario hábil que sepa manejar los entresijos de la convocatoria. Sólo bastaría con que la oposición a la línea oficial, ahora diversa y dispersa, se organizara para ponerle las cosas muy difíciles a Mariano Rajoy.

Baste recordar el incidente que protagonizó Francisco Álvarez Cascos en 1999 cuando presentó una enmienda para incluir en los estatutos la limitación de mandato, en contra de la opinión del entonces presidente y candidato oficial, José María Aznar. Acebes, que era coordinador general, tuvo que emplearse a fondo para negociar, pactar y debatir con el secretario general saliente y ganar la votación en los términos deseados por el 'aparato'. Porque no basta con ganar votaciones sino que a todo líder le interesa no airear sus broncas internas e impedir, en primera instancia, que prosperen las enmiendas más conflictivas y su debate se limite a las comisiones que se celebran a puerta cerrada. Sólo las propuestas que reciban el 20% de los votos superarán esta primera criba para su discusión pública en el plenario.

¿Quién hará, en esta ocasión, ese trabajo para Rajoy? La pregunta tiene una respuesta difusa porque, hoy por hoy, el líder del PP cuenta con un limitado equipo de 'fontaneros' con poca experiencia en estas lides: Francisco Villar, Carmen Martínez Castro, José María Lasalle y Jorge Moragas. Se trata de un gabinete ampliable a Soraya Saénz de Santamaría, Esteban González Pons, Juan Manuel Moreno, Gonzalo Robles y Miguel Arias Cañete, con más experiencia y ascendiente pero sin los resortes del 'aparato'. Los barones territoriales que apoyan a Rajoy pueden prestarle un gran servicio en este terreno pues disponen de organizaciones potentes - Comunidad Valenciana, Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha- pero, en todo caso, el control seguiría siendo deficitario por su dispersión.

Enmiendas peligrosas

Existen algunas enmiendas que pueden resultar peligrosas, no sólo para los intereses del candidato oficial sino también para el futuro del partido. Algunas modificaciones que se pretenden introducir en la ponencia política pueden beneficiar a Rajoy - si se eliminan las rigideces recogidas por el texto oficial a instancias de María San Gil- pero otras que van en sentido contrario - las regresiones preconstitucionales de Alex Vidal Quadras- pueden situarle al frente de un proyecto político que le resulte inaceptable. Algo así ocurrió en el histórico 28 congreso del PSOE cuando Felipe González presentó su dimisión al aprobarse enmiendas que frustraban su intento de suprimir el marxismo en la definición ideológica del partido.

Primarias

Un compromisario experto podría lograr que prosperasen las iniciativas para la celebración de elecciones primarias, a pesar de que cuentan con la oposición de la mayoría del partido. La organización del PP de Madrid está preparada para movilizarse en pro de cambios en el sistema de elección de los candidatos a presidir el partido para reducir el número de avales o alterar el régimen actual. El autor de la ponencia de estatutos, Alberto Núñez Feijoo, se curó en salud e incluyó en el documento una disposición transitoria que impide el carácter retroactivo de los cambios que puedan aprobarse en el 16º congreso y establece que sólo serían de aplicación en los congresos que se convoquen tras la celebración del cónclave.

Pero podría haber una venda para esa herida porque ya circulan rumores de que los críticos intentarán neutralizar esa disposición con el reglamento del congreso para lograr que los cambios se empiecen a aplicar de forma instantánea y el sistema de elección del presidente que salga de Valencia se rija por las nuevas normas. Como los documentos oficiales se aprueban antes de la votación de las candidaturas, de prosperar esta iniciativa, el congreso podría quedar bloqueado, lo que haría saltar por los aires todo el proceso.