El pianista Keith Jarrett, emblema del sello ECM. / AP
Cultura

Música con sello

Un excelente libro repasa las casi cuatro décadas de vida de la discográfica alemana ECM

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El sonido más bello después del silencio». En 1969, cuando Manfred Eicher (1943) fundó ECM (Edition of Contemporary Music) en Mu-nich, optó por tan chirriante eslogan en un intento de definir la filosofía de una etiqueta impulsora de una música improvisada de estética europea aunque sin condición geográfica. De hecho, fueron primeros espadas del jazz anglosajón como Mal Waldron -cuyo Free At Last (1969) se convirtió en la primera referencia del sello-, Chick Corea, Dave Holland, Paul Bley o un Keith Jarrett, convertido luego en su emblema, quienes inauguraron una serie discográfica que hoy supera las mil referencias. Un catálogo que no sólo tomó al jazz como ámbito de estudio sino que también profundizó en el terreno de la composición contemporánea de la mano de las ECM New Series. Su vínculo con el territorio de las bandas sonoras, la exquisita presentación de sus portadas y cubiertas y la ponderación entre músico y productor acabaron de convertir a la discográfica alemana en una referencia de primer orden.

La edición de Tocando el horizonte. La música de ECM (Global Rhythm Press, 2008) viene ahora a repasar con detalle y criterio esa atractiva crónica aún en ebullición. Un lujoso volúmen firmado por dos nombres asociados, en mayor o menor medida, a la historia de la discográfica: mientras Steve Lake se incorporó a la plantilla de ECM en 1978 y ha trabajado como productor discográfico en álbumes de Evan Parker, Roscoe Mitchell o Robin Williamson, entre otros, Paul Griffiths ha escrito algunos textos para sus discos además de firmar diferentes volúmenes sobre música. Ambos han dado forma a una completísima obra, traducida para nuestro mercado por Ferrán Esteve, en la que decenas de voces aportan sus estudios, ensayos, impresiones y reflexiones sobre la filosofía y crónica de ECM Records, sobre su núcleo y periferia. Del propio Manfred Eicher al especialista John Fordham pasando por firmas de prestigio como el director de cine Jean-Luc Godard o por temáticos artículos sobre la relación del sello con musica antigua, improvisación libre, cine, folk, jazz nórdico y estadounidense y, por supuesto, una estética plasmada en sus singulares portadas, muchas de las cuales ilustran las 439 páginas de este tomo de gran formato.

Pero el elemento decisivo de la obra resulta ser el papel que los autores otorgan a los propios músicos, tanto a través de los retratos que de ellos (Keith Ja-rrett, Jan Garbarek o Arvo Pärt) confeccionan otros autores, como mediante sus propios dictámenes y enfoques sobre su trabajo creativo, fuera y dentro del marco de ECM. Un crisol de opiniones, rematado por una minuciosa relación discográfica de sus referencias, que certifica el valor de una obra concluyente y exquisita centrada en una asombrosa historia de espacios y tiempos.