ALFOMBRA ROJA. Wim Wenders saluda rodeado de los protagonistas de 'Cita en Palermo'. / EFE
Cultura

Un brillante film francés y una aburrida producción de Wenders cierran Cannes

La competición del festival de este año culmina con 'Entre les murs', una emocionante reconstrucción del director Laurent Cantet de un curso escolar 'Cita en Palermo' ha supuesto una decepción de los espectadores, molestos porque el director alemán dedicó su obra a Bergman y Antonioni

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La competición del 56 Festival de Cannes se ha cerrado con una de cal y otra de arena. La cal la ha puesto la excelente película francesa Entre les murs, dirigida por Laurent Cantet, una soberbia reconstrucción de un curso escolar a través de los alumnos de una clase y su relación con su tutor y profesor de lengua. La arena la ha puesto el alemán Wim Wenders que con Cita en Palermo, una de las películas más esperadas, consiguió no sólo que la cinta fuese abucheada, sino que además sucedió lo que más teme un director, que los espectadores se riesen cuando no deben, en uno de los dramáticos diálogos del filme.

Entre les murs (Entre los muros) es la aproximación a un grupo de adolescentes, muchos de ellos hijos de inmigrantes, que forman una clase de un problemático colegio francés, a través de las lecciones que imparte el profesor de lengua, que es también el encargado como tutor de esa clase. La película se basa en un libro de un antiguo profesor, François Bégaudeau, antiguo profesor, que ha recogido en el libro muchas de sus experiencias como enseñante, y que además interpreta al protagonista, al profesor del aula.

Rodada por Cantet con un tono casi de documental, con varias cámaras a la vez, una siguiendo siempre al profesor, y las otras recogiendo diferentes aspectos de los jóvenes estudiantes y del aula, la acción no sale nunca del centro escolar. De la clase al patio de recreo, a los pasillos o al cuarto de profesores. La acción se inicia con el comienzo del curso y finaliza con la expulsión de un alumno, hijo de una inmigrante de Malí tras un hecho violento que obliga a reunirse al consejo escolar. Entre ambos sucesos asistimos a todo tipo de escenas, divertidas unas, emocionantes otras, que buscando no solo retratar a un heterogéneo grupo de chicos y chicas sino también lo que significa en Francia la escuela pública, uno de los pilares de la República.

Improvisación

Cantet ha dejado un amplio margen de improvisación a los actores del filme, la mayoría un grupo de 24 escolares que hacen aquí sus primeros trabajos en el cine y que contentos y felices se han puesto sus mejores galas para subir por la alfombra roja del Festival. «Quería que el rodaje respetase la libertad y la capacidad de los chicos. Para ello he rodado con tres cámaras de video digital largas escenas. Aunque no pasase nada yo seguía rodando muchos minutos», dijo Cantet, director recordado por El empleo del tiempo y Recursos humanos. Entre les murs, acogida con una gran ovación, es una película que deberá figurar este domingo en el Palmarés.

Decepción total con el otras veces interesante director alemán Wim Wenders. Cita en Palermo es la historia de un fotógrafo alemán, al que da vida Campino, un famoso cantante germano, que viaja hasta Palermo con su cámara de fotos, durmiendo en la calle, hasta que en la ciudad conoce a una restauradora de arte. Este fotógrafo es acosado intermitentemente por un extraño ser fantasmagórico, que le dispara flechas. Wenders se deja deslumbrar por Palermo desatendiendo a la trama de la historia, un joven perseguido por la muerte (que toma el rostro de Dennis Hooper, lo que cuando hace su aparición provocó una nueva risotada en la sala).

Bergman y Antonioni

Otro hecho que molestó mucho a los espectadores es que Wenders dedicase su película a Bergman y Antonioni, ya que no hay comparación posible, aunque el director alemán lo justificó: «En una película en la que aparece la muerte como personaje, la referencia más inmediata es El séptimo sello, de Ingmar Bergman, y si el protagonista es fotógrafo, también lo es el de Blow Up, de Antonioni. Además, ambos directores fallecieron cuando rodaba la película». Campino aseguró que «si hasta ahora he desarrollado una mediocre carrera como cantante, inicio aquí otra, no menos mediocre, como actor».

Wenders aseguró que había escrito el personaje para él. Una película en la que la belleza de capital de Sicilia y la vitalidad de sus calles y sus gentes contrasta con una historia pretenciosa y muy ridícula que fue abucheada en la proyección reservada a la prensa.