La furgoneta bomba utilizada en el atentado de Getxo fue robada de la empresa de un miembro histórico de ETA

La furgoneta Citroen Berlingo utilizada como coche bomba en el atentado de ayer contra el Club Marítimo El Abra fue robada a la empresa propiedad de Xabier Izko de la Iglesia, miembro histórico de ETA que fue juzgado en el consejo de guerra de Burgos de 1970. La investigación ha aclarado que el vehículo estaba cargado con 60 kilos de amonal.

Según informa el diario Deia, el robo de la furgoneta se produjo durante la mañana del domingo en Getxo. Los miembros de ETA cargaron luego la Citroen Berlingo con sesenta kilos de explosivo (amonal) y en la media noche del domingo al lunes la aparcaron junto al Club Marítimo donde hizo explosión cincuenta minutos más tarde.

Xabier Izko de la Iglesia, conocido como 'Txikerra' dentro de ETA, formó parte de esta organización desde 1963 hasta su detención en abril de 1969. Fue uno de los que se sentó en el banquillo del consejo de guerra de Burgos, en diciembre de 1970 acusado de ser el autor del asesinato del policía Melitón Manzanas. Fue condenado a muerte, aunque posteriormente le fue conmutada la pena por cadena perpetua. En 1977 fue puesto en libertad.

Se da la circunstancia de que el núcleo de miembros de ETA desarticulado en abril de 1969, entre los que se encontraba Izko, fue el responsable de la colocación de la primera bomba en el Club Marítimo El Abra. El atentado se llevó a cabo el 12 de marzo de 1969 y consistió en la colocación de un artefacto de pequeña potencia en una ventana del edificio del Club. Apenas un mes después se produjo la captura de la mayor parte de los miembros de ETA, entre los que estaban los autores de la colocación de ese artefacto.

La casa cuartel de Legutiano será derribada

El atentado anterior al de Getxo, que costó la vida al Guardia Civil Juan Manuel Piñuel, fue contra la casa cuartel de Legutiano (Alava) que tendrá que ser demolida finalmente. La Guardia Civil ha explicado que se seguirá un procedimiento de urgencia para ordenar la demolición del edificio, en el que vivían hasta el día del atentado 29 personas, entre ellas varios niños.

La decisión de demoler el edificio se adopta después de que técnicos del Cuerpo y de los Bomberos hayan examinado a fondo el cuartel, que presenta una imagen de semirruina, con numerosas grietas y el tejado central derrumbado.

El estado del cuartel y el socavón de aproximadamente un metro de profundidad que se abrió en la calzada, junto a la fachada principal del edificio, dan cuenta de la potencia del explosivo utilizado por la organización terrorista, cuya cantidad todavía no se ha determinado con exactitud, aunque las fuentes consultadas apuntan que fueron más de cien los kilos.