PATAS ARRIBA. El segundo tanto del delantero azulino Antoñito disparó la eufórica locura en el terreno de juego y las gradas de Chapín. / JUAN CARLOS CORCHADO
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Don Antonio

El Xerez se impone al Castellón gracias a dos goles de un Antoñito que levantó Chapín Los azulinos se colocan decimosextos y duermen fuera de la zona de descenso a Segunda B

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Antonio Ramiro Pérez se merece un respeto, porque de diminuto tuvo ayer muy poco. Antoñito, fue Don Antonio. Volvió a poner de pie a Chapín y logró darle la vuelta a un marcador adverso, a un partido muy complicado y a una tarde que se había enconado por culpa del gol inicial de los de Pepe Murcia.

El sevillano saltó al terreno de juego y desparramó su genio por el césped de Chapín. Esteban le dio libertad absoluta, lo acompañó de las dos torres azulinas y marcó dos goles justo cuando la agonía del descenso llegaba hasta las cejas. El revulsivo fue enorme, pues los azulinos dejaban, meses y meses después, la zona de descenso. Desde aquel 4 de noviembre en el que se metió la cabeza en la zona baja tras perder el derbi en Carranza, los azulinos no habían logrado dormir tranquilos. Ayer lo hicieron, pues la cama de la posición decimosexta sabía a gloria. Hoy tendrán que estar muy pendientes de los resultados del Alavés, el Albacete y el Nàstic, que son los únicos que pueden superar al Deportivo.

Antoñito salió a hombros de Chapín y aquella alegría solapaba toda la taquicardia sufrida durante los noventa y cinco minutos de partido que arrancaban con una lógica apuesta de Esteban por la cordura. Vigo no hacía ningún experimento para resolver las bajas de su equipo. Las ausencias en la banda izquierda habían generado algunas dudas en el técnico a lo largo de la semana, pero finalmente tiró de Marco Navas para tapar el carril zurdo. El sevillano partió de inicio en esa posición dejando en su natural banda diestra a Pedro Ríos.

Al centro del campo regresaban Abel Aguilar y Samuel como se esperaba. El asturiano volvía a colocarse por delante de la defensa y el colombiano un escalón por delante, pero tuvieron muy poca posesión de balón. Y es que el Castellón se plantó muy seriamente en Chapín. El equipo de Pepe Murcia saltó al terreno de juego con conocimiento de causa de lo que se jugaban y de cómo tenían que jugárselo. El preparador cordobés se decantó por Dani Pendín para cubrir la baja en la zona ancha de Mario Rosas y conformó un centro del campo destructivo que dejaba correr muy poco aire azulino. De hecho, Viqueira, muy solapado se fue apagando a medida que pasaban los minutos. Al gallego se le pudo ver en un sorprendente disparo sin ángulo que mandó a córner Carlos Sánchez y en alguna falta lateral. Poco más.

Durante una mala primera parte, la principal fuente de creación azulina era Pedro Ríos. El jerezano tuvo una de las mejores ocasiones de los primeros cuarenta y cinco minutos. Empaló un centro de Redondo desde la derecha, pero no le pegó de lleno, pues no esperaba el fallo del defensa. Su lanzamiento pegó contra la madera.

El jerezano trataba de escurrirse por la derecha, pues en la izquierda Marco luchaba contra natura. Pocas o ninguna vez se marchó de su par, y por eso Esteban decidió hacer un cambio de bandas. Variante inútil, pues no sólo no mejoró el rendimiento de un Navas al que aún le falta chispa, sino que también cerró el grifo de un Perico que nunca terminó de encontrarse cómodo en la izquierda.

La idea de juego del Castellón era tan simple como efectiva. El trabajo colectivo era más que eficiente y ofensivamente contaba con el referente de Tabares. No sufría atrás y creaba peligro en ataque cuando se incorporaba la segunda línea. Sobre todo un Víctor Salas del que nació el primer tanto de la tarde. El sevillano centró desde la izquierda para que Arana adelantara al Castellón con una perfecta volea en el segundo palo. La jugada venía precedida de un posible fuera de banda que el colegiado no llegó a pitar.

Protestas

Esa dudosa jugada fue la semilla que generó una tremenda crispación con el colegiado del duelo. El abono que la hizo crecer llegó en los últimos cinco minutos del primer tiempo, cuando se reclamaron dos penaltis en el área que defendía el Castellón. Uno a Yordi con muy pocos argumentos, y otro clarísimo a Mendoza justo en el cuarenta y cinco. El jerezano recortó dentro del área y fue derribado, pero Del Cerro Grande quiso ver simulación y le mostró cartulina amarilla a Jesús.

En ese momento Esteban decidió no posponer la reacción y dejó en el vestuario a Marco Navas. En su lugar entró Francis para tratar de resolver el problema de las bandas. El barbateño se fue a la derecha y Perico se quedó en la izquierda.

El partido necesitaba un revulsivo tremendo pues estaba totalmente controlado por los castellonenses, pero el punto de inflexión no llegaba. Aythami tuvo el empate nada más comenzar la segunda parte, pero el canario no fue capaz de empujar en el segundo palo un córner bien sacado por Viqueira.

Como el crono ya comenzaba a pesar, Esteban miró hacia Antoñito. El malagueño sabía que no podía dejar escapar los tres puntos de Chapín y retiró del campo a un hombre defensivo como Samuel. A los pocos minutos de saltar al terreno de juego, el sevillano recibió uno de esos balones dentro del área en los que suele salir su genio. Tras un buen recorte disparó a gol, pero el lanzamiento fue desviado por uno de los defensores del Castellón.

A base de oficio y trabajo el Castellón estaba maniatando a los azulinos porque los de Pepe Murcia estaban sabiendo anular perfectamente el juego de banda xerecista. Viendo el panorama, Esteban dio por perdida la batalla de las bandas y decidió retirar del terreno de juego también a Pedro Ríos. Metió a Míchel y se encomendó al juego interior con Aguilar y Viqueira por detrás de un tridente conformado por Yordi, Antoñito y Míchel.

Fue entonces cuando llegó el mágico momento de Don Antonio. Primero aprovechó un córner eterno en el que remachó un control de Yordi en el área chica, y después levantó por los aires a Chapín tras un buen control y una definición espectacular en el descuento -entre medio, Víctor Salas tuvo la victoria, pero la mandó al larguero-.

Los azulinos dan un firme paso en la pelea por evitar el descenso pues volvieron a demostrar que siempre les quedará Chapín.

sgalvan@lavozdigital.es