Málaga despide al guardia civil asesinado por ETA en Álava
Los Príncipes de Asturias han presidido el funeral en Vitoria y posteriormente el féretro ha sido trasladado en avión hasta la capital andaluza para recibir sepultura
MADRID Actualizado: GuardarEl funeral en Vitoria por Juan Manuel Piñuel Villalón, asesinado ayer por ETA en un atentado con coche bomba contra la casa cuartel de la localidad alavesa de Legutiano, ha reunido a todos los partidos políticos. Imagen de unidad frente a ETA en la que también se han retratado los Príncipes de Asturias, que han presidido la misa. Tras la ceremonia, un avión ha trasladado el féretro hasta Málaga, donde el obispo de la ciudad ha oficiado otro funeral antes del entierro.
Tras los actos en la capital alavesa, más de medio millar de personas han acompañado a los familiares del guardia civil asesinado en otra emotiva misa funeral celebrada en el cementerio de Málaga, donde sus restos mortales han sido incinerados.
Como en Vitoria, la viuda del agente, María Victoria, ha llegado visiblemente afectada y acompañada de familiares y amigos a la capilla del camposanto, donde la esperaban un elevado número de guardias civiles y las principales autoridades locales y autonómicas para asistir al funeral, al que no se ha permitido la entrada de los periodistas por deseo de la familia.
Los presidentes de Andalucía, Manuel Chaves, y de Melilla -ciudad en la que nació Juan Manuel Piñuel-, Juan José Imbroda, han acompañado a la familia junto al delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y los líderes regionales del PP, Javier Arenas, y de Izquierda Unida, Diego Valderas.
Unidad de todos los partidos en el funeral en Vitoria
Por la mañana, los homenajes a la última víctima de ETA se han sucedido en todas las ciudades, especialmente en Vitoria. En la capital alavesa los Príncipes de Asturias han presidido el funeral, que comenzaba tras el cierre de la capilla ardiente, instalada en la Subdelegación del Gobierno en Vitoria. El féretro de Juan Manuel ha sido trasladado a la cercana catedral escoltado por sus compañeros y seguido por una comitiva en la que iba su viuda.
Allí esperaban el féretro, en la escalinata del templo, los Príncipes de Asturias; el presidente de Senado, Javier Rojo; la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; la titular de Defensa, Carme Chacón, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, entre otros políticos, así como altos cargos de la Policía y de la Guardia Civil.
A la llegada del féretro ha habido numerosos aplausos por parte de los varios cientos de personas congregadas. Al pie de las escaleras se le han realizado honores y se ha interpretado el himno nacional. Posteriormente el féretro ha sido introducido en el templo a hombros, seguido por las autoridades.
"¿Así se sirve al bien del pueblo vasco?"
Durante la misa, que se ha celebrado a puerta cerrada por expreso deseo de la familia, el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, ha condenado "a los autores materiales y a los colaboradores" del atentado y se ha preguntado si "así se sirve al bien del pueblo vasco". También ha recordado el sufrimiento "atroz" de los familiares del agente muerto "tras haberles sido arrebatado de su lado injustamente a un ser querido e inocente".
El obispo ha denunciado la sensación de "hartazgo" que, según ha dicho, "sienten millones de personas ante un nuevo atentado criminal que se une a cientos de actos similares a lo largo de cuarenta años" y ha mostrado su condolencia y reconocimiento a la Guardia Civil porque "sufren un dolor desgarrador" pero "mantienen la dignidad y su compromiso de servicio a España, a las personas y la convivencia pacífica".
La democracia vencerá a la barbarie
Se ha vuelto a escenificar hoy la misma imagen de unidad que se vio ayer, cuando toda la clase política asistió a la capilla ardiente tras la condena unánime en el Congreso. Este nuevo ataque de la banda terrorista ha unido a las fuerzas políticas con un fin común, el final de ETA.
Después de las honras fúnebres, se ha celebrado a las puertas del Parlamento Vasco, con la misma unidad de instituciones y partidos, una concentración de repulsa por el atentado. Tras ella, sendos agentes de la Guardia Civil y de la Ertzaintza han depositado conjuntamente una corona de flores en honor a Piñuel en la escultura de las víctimas del terrorismo instalada a la entrada de la sede, en la que ha sido colocada una fotografía suya. Después, ya en el interior del Parlamento, su presidenta, Izaskun Bilbao, ha leído una declaración de condena.
Similares actos de condena se ha sucedido en todos los ayuntamientos españoles, donde se han guardado cinco minutos de silencio. Además, los partidos alaveses (PNV, PSE, PP, EA, EB y Aralar) han convocado una concentración para mañana en la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria en repulsa por el asesinato.
ETA buscaba una masacre
La banda intentó de nuevo una masacre en un cuartel de la Guardia Civil. Una Citroen Berlingo, con "una cantidad sustantiva" de explosivo, instalada junto al muro del edificio hizo explosión a las 03:00 horas cuando una treintena de personas dormían. Piñuel hacía guardia en la garita cuando vio un vehículo sospechoso y llamaba para comprobar la matrícula. ETA había robado el vehículo en Francia el pasado mes de abril.
Cuatro personas resultaron heridas aunquer todas están fuera de peligro. Una ha sido dado de alta, mientras las otras tres permanecen ingresadas en distintos hospitales de Vitoria con una evolución favorable.
El atentado, el cuarto contra una casa cuartel desde el fin de la tregua, podría haberlo llevado a cabo el 'comando Vizcaya', el más activo desde el atentado de la T-4, en diciembre de 2006.
Los investigadores analizan la forma de actuar de los terroristas y la ruta seguida en su huida, así como la cantidad de explosivo utilizado.