ENTRADA EN LA CAPILLA. Agentes de la Guardia Civil y de la Policía portan el féretro. / AP
ESPAÑA

Los cuatro heridos están fuera de peligro, aunque dos siguen en la UCI

Zapatero, que visitó a los guardias ingresados, los vio «con entereza» El presidente y Rajoy acudieron ayer tarde a la capilla ardiente del agente asesinado

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Los restos mortales del agente llegaron a la capilla ardiente, instalada en la Subdelegación del Gobierno en Vitoria, minutos antes de las cinco de la tarde. El féretro fue introducido a hombros por agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil al interior del edificio, donde le esperaba su viuda y familiares del agente asesinado, arropados por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y por mandos policiales y militares.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del PP, Mariano Rajoy, y distintas autoridades, como el lehendakari, Juan José Ibarretxe, visitaron a lo largo de la tarde la capilla ardiente del guardia civil asesinado.

El presidente del Gobierno ha llegado acompañado del presidente del Senado, Javier Rojo y, tras departir con la viuda de Juan Manuel Piñuel, ha impuesto la cruz de oro al mérito de la Guardia Civil al agente asesinado. Zapatero ha coincidido en la capilla ardiente con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y con el consejero de Interior del Gobierno Vasco, Javier Balza.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, también visitó la capilla, acompañado por representantes de su partido, entre los que se encontraba la líder del PP vasco, María San Gil.

Ambos entraron juntos a la Subdelegación del Gobierno, sólo minutos después de que Zapatero la abandonase para visitar a los tres heridos en el atentado ingresados, a los que ha visto «con entereza», según fuentes del ejecutivo. También Rajoy y San Gil han visitado a los heridos.

Los cuatro guardias civiles que resultaron heridos están fuera de peligro, aunque tres de ellos pasaron la noche ingresados en los hospitales vitorianos de Santiago y Txagorritxu.

El más grave

El que presenta un cuadro clínico más grave es el sargento José Javier Cabrizo Fernández, de 41 años. El parte médico indica que tiene síndrome de aplastamiento, neumotórax y hemotórax izquierdo, así como fractura vertebral, policontusiones y erosiones múltiples. Fue intervenido en quirófano para estabilizar la columna vertebral y, concluida la operación, quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Santiago con pronóstico reservado, aunque hoy jueves será trasladado a planta.

La guarda E. M. C., de 34 años de edad, presenta policontusiones, erosiones múltiples y una herida en la pierna izquierda. También está ingresada en planta en el Hospital de Santiago y su pronóstico es leve. En el Hospital de Txagorritxu quedó ingresado, también en la Unidad de Cuidados Intensivos con traumatismo abdominal cerrado y heridas inciso-contusas en las manos, el guardia civil A. M. D., de 35 años de edad. Según los médicos que le atendieron, ingresó consciente, estable y con buenas funciones vitales. Su pronóstico es reservado.

La cuarta víctima, la agente P. O. V., que tenía diversos traumatismos y erosiones leves, fue dada de alta pa última hora de la mañana en el Hospital de Txagorritxu.

Entre las personas que han acudido a la capilla ardiente del guardia civil fallecido estuvo Sandra Carrasco, la hija de Isaías Carrasco, ex concejal en el Ayuntamiento de Arrasate (Guipúzcoa), asesinado por ETA.

El cadáver de Juan Manuel Piñuel está escoltado por miembros de la Guardia Civil, Policía Nacional, Ertzaintza y policía local. El féretro está cubierto con la bandera de España y el tricornio. Detrás del féretro está un crucifijo y el pendón de la guardia civil, y las banderas de Álava, Euskadi y España.