Opinion

Enfado de Nobel

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l lamento de Doris Lessing sobre las consecuencias que ha tenido para su vida la concesión del Premio Nobel de Literatura, hasta el punto de considerarlo como «un maldito desastre», resulta coherente con el espíritu crítico y algo indómito que define a la escritora y también a su obra. Eterna candidata a un galardón tradicionalmente copado por los hombres, la octogenaria autora se muestra quejosa por el tiempo que le roba la celebridad que lleva aparejada la distinción, pero también por el reparto de la dotación económica entre su parentela. El tiempo aclarará si el malestar de Lessing es duradero o si bien responde a una boutade propia de quien ha logrado atesorar ya un universo propio y libre al margen de la crítica o de la convención social. Pero no deja de resultar sugerente que un Nobel gruña contra los trastornos que tan elevado reconocimiento está suponiendo para su existencia cotidiana y el desarrollo de su talento.