La ocasión la pintaban calva
Un gol tempranero del Córdoba y la expulsión de Carlos Calvo complicaron el duelo al Xerez Los azulinos vuelve a quedarse a un punto de salir de la zona de descenso a Segunda División B
Actualizado: GuardarLa ocasión la pintaban calva y la emborronó Carlitos. Parecía más fácil que nunca que el Xerez por fin abandonara los puestos de descenso. Los azulinos lo tenían todo a favor, pues se medían a uno de los peores equipos de la categoría en este momento y el resto de rivales llenaban el camino de rosas para que los de Esteban llegaran hasta la decimosexta plaza de la tabla. Pero precisamente Carlos Calvo apareció para poner cuesta arriba un camina que finalmente no recorrieron. La expulsión del madrileño y un gol tempranero del Córdoba rompió el hechizo y los azulinos volvieron a perder tras una racha de nueves encuentros sin conocer la derrota.
Esa cartulina roja directa frenó en seco la evolución de un equipo que comenzaba a superar la adversidad de verse por debajo en el marcador a los seis minutos de arrancar el partido. Y esa derrota alarga la agonía, pues los azulinos se quedan otra vez a un punto de salir de una zona de descenso más que ajustada. Es cierto que el empate entre el Alavés y el Albacete aprieta la salvación por arriba, pero por por abajo el Córdoba está a sólo un punto y el Poli Ejido -que muchos lo daban por muerto- a un puntos del equipo jerezano.
Gol madrugador
La responsabilidad inicial recaía sobre un Córdoba que por urgencias y por jugar en su propio feudo achuchaba en los primeros minutos. El dominio cordobesista no abrumaba pero le bastaba para acercarse pronto y con peligro a la portería que defendía Porato. Nada más superarse el minuto cinco de encuentro el Córdoba se adelantaba en el marcador. Arthuro aprovechaba para rematar a puerta un centro desde la izquierda de Cristian Álvarez. Su cabezazo llegó hasta el fondo de la portería azulina sin que Porato pudiera hacer nada. El delantero tuvo tiempo y espacio para perforar la meta azulina. Esa en la que se iniciaba una alineación con Stephane bajo palos; Mendoza, Aythami, Vicente Moreno y Redondo en defensa -finalmente el sevillano regresó a su lateral una vez superada la lesión. Como se había ensayado durante la semana, Francis, Luque y Viqueira formaban la columna vertebral azulina. De forma escalonada el barbateño, el cordobés y el gallego trataban y lograban de poner orden en el juego azulino en la primera parte, sobre todo, una vez superado el empuje inicial blanquiverde. Pedro Ríos estuvo muy marcado por su carril derecho y Carlos Calvo disfrutó de algunos espacios más -mientras estuvo en el campo- que un Yordi que también tuvo muy cerca el aliento de los centrales. Adrián fue finalmente el descartado a pesar de encontrarse ayer mejor de sus molestias. Miki estuvo en el banquillo.
En el ataque cordobesista, Arthuro tampoco encontraba muchos espacios más. Metros que sí tuvo Acciari. El centrocampista gozó de dos ocasiones para pegarle a puerta desde la frontal, pero en ninguna de ellas vio puerta. Algo que sí hizo Moreno a pesar de las dificultades. El capitán azulino entró desde atrás con un rival casi en la chepa para empujar con todo un balón que le había dejado en bandeja Aythami.
El valenciano igualaba el marcador y adelantaba a los azulinos en la carrera psicológica. Y es que fue entonces cuando los de Esteban se sintieron fuertes y se lanzaron a por el partido. Viqueira lo tuvo en sus botas en dos ocasiones. Primero en un lanzamiento de falta desde la media luna del área que murió cerca de la escuadra, y posteriormente en una ocasión de oro casi en boca de gol. El gallego la mandó por encima del larguero tras una asistencia casi perfecta de Yordi.
Viqueira desperdició la gloria y Carlos Calvo complicó la vida de los azulinos. El madrileño saltó con el codo por delate a por un balón aéreo justo en las narices de un colegiado que no dudó en expulsarlo. Es cierto que el madrileño no mostró agresividad, pero su codo fue a impactar contra el rostro de Mario, que quedó ensangrentado.
El golpe fue tremendo y colocaba a los locales por delante en el marcador psicológico, pues salían del vestuario con cuarenta y cinco minutos en superioridad. Esteba esperó para recomponer al equipo y metió a Marco Navas en lugar de un agotado Viqueira. El sevillano se iba a la derecha y Yordi se quedaba como único referente ofensivo. El Córdoba no le hizo ascos al regalo y aprovechó todos los metros dejados por los azulinos. Las ocasiones se fueron sucediendo hasta que Rubén logró poner por delante al Córdoba tras una mala salida de Porato. El francés despejó demasiado corto, dejó su puerta vacía y el defensor la coló bien desde la frontal superando la nube de jugadores.
El tanto mató la ansiedad blanquiverde y desató el nerviosismo de unos azulinos que, con el marcador adversos, sí rompían la estática barrera colocada en la retaguardia. Pero para entonces todo fue inútil, pues nadie era capaz de ponerse al volante de una nave que pinchaba tras una impoluta racha de nueve partidos.
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