El C.A.F.
Actualizado: Guardarsto de que el flamenco y sus cosas generen tanto misterio administrativo es algo contradictorio con la esencia misma del flamenco, que tiene más de duende y de rito ancestral que de oficina funcionarial y ventanilla para despachar papeleo. La propia existencia de este conjunto de organismos que ahora gestionan el arte de Andalucía nos pone un poco en sobreaviso: Centro Andaluz de Flamenco, Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, competencias que van y que vienen de un sitio a otro, una Secretaría General Técnica por aquí, un servicio administrativo por allá y todo ello con funcionarios, personal, nóminas y seguros sociales, o sea, gente ganando dinero con el flamenco sin ni siquiera saber entonar unas cantiñas. La propia denominación del organismo que ahora, según Olga de la Pascua (no sabemos si le han hecho honor a su apellido con la supresión), va a controlar el CAF, o lo que sea, pone un poco los pelos de punta: Dirección General de Industrias Culturales y Artes Escénicas. A mí esta denominación me suena como con un ribete un pelin totalitario, pero serán imaginaciones mías. Por otro lado, y siguiendo con Doña Olga de la Pascua, sus explicaciones están adornadas con la típica jerga del político que piensa que los ciudadanos son tontos y que algunos de ellos no han estudiado una carrera que se llama, por ahora, salvo supresión, Derecho. Porque si un Boletín Oficial dispone la supresión del CAF como servicio administrativo y sin personalidad jurídica, lo que dispone es precisamente eso, y perdón por ser reiterativo de perogrullo: que el CAF se suprime (del latin supprimere), es decir, que cesa y se hace desaparecer. Y esto no tiene nada que ver con que dependa de otra Dirección General de reciente creación (o sea, más gente trincando a costa del arte). Porque nada se extingue primero para luego hacer depender lo extinto de algo. Al menos, esto a mi no me lo enseñaron cuando estudiaba Derecho Administrativo con los Catedráticos Escribano y Morillo. También ha podido pasar que el BOJA haya deslizado un error, y haya hecho desparecer algo que no debía, lo cual todavía es peor, porque pone la seguridad jurídica a niveles somalíes. Mientras tanto, Pilar Sánchez se despacha diciendo que se le asegura que el Centro Andaluz de Flamenco seguirá en Jerez. Y si esto es así, ¿por qué Olga de la Pascua dice que siguen trabajando por que el Centro esté en Jerez? ¿Hay peligro de lo contrario?