REGRESO. El cantante isleño vuelve con nuevo disco, con el que cumple diez años en la carrera musical. / LA VOZ
Cultura

El isleño Miguel Sáez lanza su séptimo disco bajo productora propia

A los 16 años compuso su primera canción pero desde que nació lo suyo por los escenarios estaba predestinado. Su padre era autor de Carnaval y su madre, una enamorada del flamenco. Pero, por si eso era poco, sus nueve hermanos también le daban a la canción. «No veas las juergas que se forman en casa», bromea el isleño Miguel Sáez que presenta estos días su séptimo trabajo, El séptimo asalto. «El siete es un número mágico, es mi número favorito», cuenta con la ilusión de ver ya en la calle su nuevo repertorio de «emociones». «En momentos como éste, te pones nervioso -confiesa- pero a la vez sientes la alegría de poder seguir manteniéndote ahí».

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Ahora, Miguel Sáez, autor de temas tan radiados como Mala mujer o Qué locura, vuelve a la «locura» del mercado con un trabajo en el que combina todos los estilos que ha venido desgranando desde que comenzó hace ahora justo diez años. «No me gusta quedarme estancado en un mismo estilo. Prefiero que me salga en cada disco lo que tiene que salir, nada impuesto». Por ello, El séptimo asalto suena por baladas, ritmos latinos, pop, y aquello que desee el propio Miguel porque, como bien dice, «yo me lo guiso, yo me lo como». Cansado de «tener que aguantar que el señor del sillón de cuero me obligara a cantar lo que yo no quería», el artista gaditano decidió coger al toro por los cuernos y fundar su propia productora, Expresión urbana. «Si no les vendes a las compañías te tiran a la calle», y recuerda: «Una vez me quisieron hacer firmar un contrato de diez años porque sí y fue cuando decidí romper con eso». Así nació su productora con la que él mismo «sobrevive» y ayuda a lanzar a nuevos grupos, unos artistas a los que no pone condiciones. «Ahora, en la tele se fabrican artistas pero yo no quiero eso. Yo quiero que el que haga un disco no saque uno o dos temas del repertorio pegadizos y lo demás se rellene sin más, sino que quien saque un disco lo haga porque tiene algo que cantar», y añade, «la imagen es importante, pero el artista no se hace, sino que es algo que se lleva en la sangre o no».

Miguel Sáez disfruta sobre el escenario y gusta a su público. Tanto que tiene hasta 17 clubes de fans repartidos por toda España. «Son como mi pequeña gran familia», comenta con orgullo, pero reflexiona: «Es bonito que te quieran pero tienes que mantenerte en tu sitio. Lo malo de esto es que te creas algo que no eres. Lo único que hay que creerse son las canciones». / MARÍA ALMAGRO