Sabor inglés
Si nos atenemos a los dos primeros clasificados de una de las mejores ligas del mundo como es la Premier League, tiene lógica que la final de la Copa de Europa de este año sea el choque entre ambos conjuntos. Manchester United y Chelsea, a la espera de lo que ocurra este fin de semana, están empatados a puntos en lo más alto de la tabla y, además dentro de unos días, serán los protagonistas del partido más bonito y más importante de cada temporada. Siempre habrá gente, una misma se incluye, que no vea justo el pase de los elegidos. Confío en equivocarme en que será una de las finales más aburridas de todos los tiempos, habida cuenta del juego desplegado por ambos. Sólo pido que me entretengan más que el Juventus-Milán del 2003, un espectáculo difícil de superar. No sólo no se marcaron goles, ni se gozaron de oportunidades en los 90 minutos reglamentarios, sino que la prórroga resultó ser otro fiasco, al igual que los penaltis. Campeona se proclamó la plantilla milanesa, aunque deberían haber dejado el premio desierto, ya que nadie fue merecedor de tal honor.
Actualizado: GuardarEn este caso sucede lo mismo. Pese a que el Manchester inició la competición muy fuerte, parece que llega a la meta sin aire. Un triste golazo ante un todavía más triste Barcelona ha sido más que suficiente para colarse en Moscú. Mucho más ha tenido que trabajar el Chelsea que, sorprendentemente sin Mourinho, se acerca a lo que tanto le está costando a Abramovich...tantos millones de euros, se entiende. Por fin ha podido vengarse del Liverpool que a punto ha estado de volverle a dar un nuevo disgusto. Cierto es que parten como favoritos Cristiano Ronaldo y amigos pero a estas alturas de la película, no descarto para nada a Drogba y colegas que parecen estar tocados por la gracia de una varita virtud. Mi pena es que no puedan perder los dos.