Máquinas
Los teléfonos de Atención al cliente están proliferando demasiado en muchas entidades y empresas. Tratan de dar imagen de seriedad y de no indefensión a sus usuarios, contribuyentes, etcétera. Pero muchos de esos teléfonos, además, son 901, 902..., de caro uso y beneficios compartidos entre la operadora y la entidad, que les suponen a ambas una nueva fuente de ingresos.
Actualizado: GuardarY en muchos casos no terminan solucionando el origen de la llamada. Me refiero a esas ingratas máquinas contestadoras que incluso a veces comienzan intimidando, al advertir que la conversación va a ser grabada. Hay que seguir instrucciones y teclear numerosas claves o dígitos, responder vocalizando a incómodas preguntas, con el riesgo final de cometer algún fallo, tener que colgar, marcar, gastar de nuevo y repetir el diálogo; que puede conducir a un 'permanezca a la espera' a base de contador de suma y sigue.
Somos aquí muy dados a imitar estas tecnologías, pero debemos saber que en un país como EE UU estas máquinas están ya prohibidas en diversos Estados. La buscada modernización que pretendemos es precisamente suprimir estas odiosas máquinas, contribuyendo así a no destruir puestos de trabajo, que dan más eficiencia y humanidad en el día a día.