Helados con recuerdo a chuches

Desde que en 1892 Carlos Bornay, heladero de profesión, llegó a Sanlúcar de Barrameda para instalar su primer obrador ha llovido bastante. Hace más de cien años que esta empresa familiar no deja de crecer. Este desarrollo se ha debido, entre otras cosas, a la buena predisposición que han tenido para adaptarse a las nuevas corrientes comerciales. Se subió al carro de la franquicia en los años 70 y en los 90 asumió la política de que todos sus establecimientos tuviesen la misma imagen. En la actualidad, la Ibense está completamente asentada a nivel nacional y tiene previsto su salto internacional, preferentemente a Francia y Portugal.

Pero, esta buena situación no les ha frenado en sus inquietudes y ganas de seguir creciendo. Lo último ha sido lanzarse a un nuevo modelo de tienda: un establecimiento inspirado en el estilo americano de espacios diáfanos, grandes escaparates, mobiliario muy cuidado y gran surtido de originales productos.

Diseño de primera

El primero de estos locales, a los que han llamado Bornay Sunrise Sunset, lo abrieron hace un año al lado del centro comercial de Vistahermosa de El Puerto. Como explica uno de los responsables del proyecto, Patrick Koch, «se trata de un nuevo concepto de franquicia. Se combina lo local con lo moderno, y en nuestro caso, el snack y el helado». El edificio, de exquisito cuidado en el diseño, así lo demuestra. Es un local «vivo y fresco», en el que se ofrecen multitud de posibilidades para el cliente. «Cambia todos los días», explica. Incluso los manteles donde se exhiben menús y ofertas se cambian cada tres meses y las cartas, cada seis. En el mismo establecimientos se organizan fiestas de cumpleaños, de disfraces, cuentacuentos, hay diferentes mobiliario para elegir, y, como novedad más exclusiva, se ofrece al cliente conexión wifi. «Por cada consumición regalamos una hora de conexión», explican. «Este local es una prueba piloto. Hemos abierto en El Puerto, en mayo abriremos otro en Sanlúcar, a finales de año en el centro de Sevilla, y más adelante queremos posicionarnos en Madrid», cuenta Koch.

Espaguetis muy fríos

Pero no todo queda en diseño y elementos de modernidad sino que la Ibense está renovando continuamente la variedad de productos. De esta forma, en el Sunset tienen un amplio surtido de helados. «Todo el mundo ofrece ya vainilla y chocolate. Queríamos darle colorido al sector». Hay para todos los gustos: los infantiles por ejemplo son los más originales. Los hay de sabor a piña colada de colores azul y amarillo que han llamado Tiburón. Además, ofrecen otros dos productos muy curiosos: un sandwich relleno de batido, y los spaghetoni's, unos espaguetis hechos con helado gracias a un dispensador especial comprado en Italia. «Están teniendo mucho éxito», comenta el responsable. Tanto es así que incluso, como aseguran en la tienda, aunque estos productos están fabricados principalmente para el público infantil, son los adultos los que más se rinden ante sus encantos. «Hay gente que les gusta probar estos sabores porque les recuerda a cuando ellos eran pequeños». Por último, para los amantes de los productos gourmet, existen hasta 25 marcas diferentes de bebidas. Entre ellas, Moet Chandon a 60 euros -la botella grande- y a 13 la benjamín, y, Don Perignon, para los más exquisitos, a 90 euros la unidad.

Como se puede comprobar, la Ibense se reinventa para seguir creciendo. Del tradicional obrador heladería ha pasado a convertirse en un local moderno de diseño donde conviven los sabores de siempre con otros rompedores, la conexión a internet y el lujo más sofisticado.