DIRIGENTES. José Blanco, Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves, durante el comité federal de los socialistas que tuvo lugar ayer. / EFE
ESPAÑA

Zapatero pide unidad a los socialistas para abordar el nuevo sistema de financiación

El líder del PSOE promete que responderá a los principios de suficiencia financiera, corresponsabilidad y cohesión El presidente quiere diseñar una estrategia común antes de que las desavenencias deriven en un conflicto público

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La reforma de la financiación autonómica amenaza la aparente placidez del PSOE. El debate aún no ha arrancado en un sentido estricto, pero José Luis Rodríguez Zapatero, ante la diversidad de criterios de los suyos, se vio ayer obligado a pedir unidad de mensaje. El presidente del Gobierno quiere diseñar una estrategia común antes de que las desavenencias que ya han empezado a aflorar entre los distintos líderes regionales deriven en un conflicto público en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Su intención -según anunció en el comité federal en el que se convocó el próximo congreso del partido- es abrir un debate interno para acordar la posición del partido.

Balanzas fiscales

En una etapa dulce para el partido gubernamental -que ve cómo el resto de formaciones se convulsionan con sus crisis- sólo el debate del agua y el reparto de recursos económicos han provocado roces y disonancias. La mera disposición del Gobierno a hacer públicas las balanzas fiscales y explicar qué aporta cada comunidad autónoma al conjunto y qué recibe a cambio del Estado soliviantó a los socialistas andaluces, a los gallegos y a los extremeños. Fue precisamente un hombre de Extremadura, Francisco Fuentes, quien puso ayer sobre la mesa la cuestión y reclamó que esos cálculos económicos no se empleen como criterio para la reforma de la financiación.

La petición fue recogida por Zapatero . Pero ni el secretario general ni el resto de los dirigentes del partido dedicaron mucho tiempo a comentarla. No en vano, el de este sábado fue el comité federal más breve de cuantos ha celebrado el PSOE en los últimos meses; apenas duró dos horas, y sólo hubo cinco intervenciones, aparte de la del propio jefe del Ejecutivo, sobre cuestiones como la financiación municipal. Conforme al testimonio de el secretario de Organización, José Blanco, el líder socialista garantizó que el nuevo modelo responderá a los principios de corresponsabilidad, suficiencia financiera y cohesión. Unos criterios que se repiten una y otra vez desde la apertura de este debate, allá por 1993.

La batalla no será sencilla. Comunidades de distinto signo como Cataluña, Valencia, Baleares y Madrid son las únicas con balance fiscal negativo. Y en las últimas semanas sus gobernantes han dado muestras de estar dispuestos a coaligarse para ejercer como grupo de presión, sin diferencias de color, en las futuras negociaciones. Zapatero , según fuentes socialistas, admitió que este tipo de alianzas son en cierto modo lógicas, pero reclamó a los suyos que se adapten a la posición que acuerde el partido.

Resulta llamativo que ya no sitúa la financiación autonómica como uno de los grandes asuntos de Estado que desea pactar con el PP. De hecho, en esta ocasión sólo mencionó la lucha antiterrorista, el funcionamiento regular de las instituciones y la presidencia española de la Unión Europea en 2010.

«Vacas flacas»

La prueba de que éste será uno de los asuntos más espinosos de la legislatura tanto para el PSOE como para el Gobierno está en que el último ya ha empezado a lanzar mensajes de que el esfuerzo financiero que puede hacer el Estado es «muy limitado». En otras palabras, que se pueden buscar formas nuevas de distribuir la tarta, pero no habrá muchos más recursos para repartir. «Trabajamos muy duro la legislatura pasada y planteamos hasta cuatro propuestas -dicen fuentes del Gobierno en relación a Cataluña- ahora que vienen las vacas flacas se tendrán que conformar con lo que hay».

Los socialistas han pasado en apenas dos meses de minimizar las consecuencias de la desaceleración económica (antes de las elecciones) a admitir que España se resentirá de la crisis. «La desaceleración está afectando al empleo de manera singular», reconoció ante sus dirigentes Zapatero .