Cádiz Golf Cup despierta el interés de touroperadores estadounidenses de Florida

Cádiz Golf Cup es una competición deportiva que nació con un importante interés comercial, pero que ha llegado a convertirse, tras cinco ediciones, en un evento esperado por los touroperadores europeos especializados en este segmento. Desde el principio, la relación de asistentes pasa el filtro de los campos de golf y Turismo Andaluz, bajo la organización del Patronato Provincial de Turismo.

Todos los campos de golf consultados ayer realizaron un balance muy positivo de la Cádiz Golf Cup, pero destacó que varios subrayaran los contactos establecidos con touroperadores estadounidenses, de Florida. La explicación la dio el propio gerente del Patronato, González Piñero, quien aclaró que para un americano la distancia entre el aeropuerto de Málaga y los campos de Golf de Cádiz no es un impedimento porque están acostumbrados a desplazamientos gigantescos en su país de origen.

A vuelta con los vuelos

Y es que el problema más acuciante es la falta de vuelos, algo que volvió a destacar el director de Villanueva Golf, Oliver Gunther, quien también alabó la selección de touroperadores realizada por las administraciones públicas. El director de Golf El Puerto, José Javier Lizasoain, se mostró muy esperanzado en los frutos que se recojan después de esta actuación de relaciones públicas, ya que «ahora toca ver qué negocios se concretan».

A esta quinta edición asistieron clientes holandeses, suizos, estadounidenses, británicos, austriacos, y menos alemanes que en otras ocasiones. La menor presencia de estos touroperadores fue explicada por los directores de campo como una necesidad de diversificar mercados: «está bien que vayamos abriendo puertas a otros países, para no depender sólo del turismo alemán ni de los grandes touroperadores», explicó el gerente del recorrido de Montenmedio, Carlos Pérez-Pla. Para este directivo del prestigioso campo de golf gaditano «los ingleses siguen siendo nuestra asignatura pendiente».

El work shop se organizó de tal manera que los touroperadores permanecían sentados y la oferta iba cambiando de mesas. Duró dos horas y resultó muy ágil, ya que facilitó que todos los implicados estuvieran presentes al mismo tiempo, aunque hubo unos diez minutos escasos para explicar los atractivos de cada una de las firmas asistentes.

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