La victoria de Hillary
Con más holgura de la prevista por los sondeos Hillary Clinton ganó la primaria demócrata del martes en Pensilvania, con casi diez puntos, pero todos los observadores dan por casi seguro que no será la designada para la elección nacional de noviembre.
Actualizado: GuardarHay, sin embargo, un hecho que ha merecido poca atención: los casi diez puntos del resultado final son más de lo previsto en las siete últimas encuestas, que habían reducido la ventaja a una banda entre cinco y siete. Y los mismos encuestadores han encontrado la respuesta: tres de tales puntos proceden de ciudadanos que reconocieron haber decidido su voto o lo cambiaron en la última semana.
Así pues, Clinton y su equipo tienden a desdeñar los dos hechos aritméticamente inatacables (más votos, más delegados) y a primar la idoneidad final del candidato frente al partido republicano, donde McCain ve con cierto regocijo el duro enfrentamiento entre sus adversarios y está concentrado en refinar su programa, sobre todo para combatir la crisis económica, y en seleccionar un vicepresidente de lujo y sin aristas (¿Condoleezza Rice, mujer y afroamericana?)
Todos estos parámetros estaban ya bajo consideración antes del martes junto a otro de mucho peso y al que se en la tradición electoral norteamericana el valor de un buen barómetro: la campaña de recogida de fondos. Obama ha duplicado, con algo más de cuarenta millones de dólares en marzo, a Clinton que apenas dar las gracias a sus seguidores en Pensilvania, pidió que acudieran raudos a aportar más dinero.
Así las cosas y con su supervivencia temporal ganada, y bien ganada, todo queda, de nuevo, para mayo (el día 6 en Carolina del Norte e Indiana), aunque en el equipo de Clinton se niegan a considerar la posibilidad de que Hillary tire la toalla para entonces. «Esto no terminará en la Convención de agosto, terminará en junio», dicen sus portavoces salvo que alguien convenza a los Clinton, Bill incluido, de que el bien del partido exige la retirada.